Caza de brujas tras la guerra

| BÁRBARA CELIS D'AMICO |

OPINIÓN

La historia en Estados Unidos no es nueva. La persecución a los que defienden ideas contrarias al Gobierno se repite cíclicamente. Las Dixie Chicks se opusieron a la guerra de Irak y fueron castigadas. Pero el efecto puede ser justamente el contrario al pretendido inicialmente.

07 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Polémicas declaraciones La saga de las Dixie Chicks se cobró ayer dos víctimas indirectas: dos disc jockeys de la estación de radio KKCS de Colorado, fueron suspendidos por emitir uno de los temas de las polémicas señoritas. El grupo de country desapareció de las ondas hertzianas el pasado marzo, tras hacer unas polémicas declaraciones contra Bush en un concierto en Londres. Disculpas insuficientes El boicot de las radios también demostró que sus enemigos iban en serio. Convertidas así en el símbolo del antipatriotismo en Norteamérica, las tejanas intentaron enmendarse y pidieron disculpas, pero eso no fue suficiente para que su nombre desapareciera de la lista negra de muchas radios y que fueran el objeto de las críticas de la América profunda . Cambió su suerte Pero la fama llega a veces por la vía más inesperada. Las Dixie Chicks acaban de comenzar un tour por todo el país para el que las entradas están prácticamente agotadas. Su nombre es mucho más famoso que antes de la polémica, tanto que han aparecido en la portada del Weekly Entertainment completamente desnudas y tatuadas con palabras referentes a la guerra. De diablos a heroínas La historia se repite. John Lennon dijo en 1967: «Somos más famosos que Jesucristo», y sus ventas subieron. Michael Moore vende copias a destajo de su película Bowling for Columbine desde la gala de los Óscar. Ahora las Dixie Chicks pasan de diablos a heroínas porque si algo sabe hacer bien la industria norteamericana es sacarle partido hasta a los enemigos oficiales del país. Hogueras colectivas Atreverse a decir «me avergüenzo de que el presidente sea de Tejas» días antes de que comenzara la guerra contra Irak en un concierto pacifista en Londres provocó la furia de muchos de los seguidores norteamericanos de las Dixie Chicks, que quemaron sus discos compactos en hogueras colectivas haciendo recordar los peores tiempos de la Alemania nazi.