El fusil Kalashnikov

VIRIATO

OPINIÓN

22 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

EL CONSUMISMO capitalista ha fagocitado el mayor símbolo de la lucha de liberación de los llamados pueblos oprimidos: el fusil de asalto Kalashnikov. Su inventor, el ingeniero ruso de 83 años Mijail Kalashnikov, ha sucumbido a los persuasivos y económicos argumentos de una empresa alemana que comercializará con esta marca una amplia gama de productos, que va de las lociones a los paraguas. Los revolucionarios están de luto. A cambio del treinta por ciento de las acciones, Kalashnikov ha cedido su nombre a la compañía Marken Marketing Internacional, especializada en artículos de consumo, porque sus productos «son fiables y fáciles de usar y mantener», como el Automat Kalashnikova, más conocido por AK47. El ex soldado del Ejército Rojo rechazó ofertas similares de empresarios norteamericanos porque ceder ante el enemigo de la Guerra Fría le pareció siempre «una traición a la madre patria». Al fin y al cabo, una porción de la actual Alemania formó parte del Telón de Acero y las tropas de la República Democrática Alemana (RDA) asesinaron con el AK47 a todos aquellos compatriotas que intentaron cruzar el muro de Berlín para alcanzar el mundo libre. En la decisión de Mijail Kalashnikov habrán influido también estas razones afectivas, además de las materiales. Un consuelo y un recuerdo de familia. El AK47, del que se han fabricado más de cien millones de unidades, es arma oficial en los ejércitos de 55 naciones y símbolo revolucionario de las dictaduras de izquierda y fundamentalistas, en donde destetan a los niños con este artilugio. Estos días y en contraste con los manifestantes contra la guerra en Irak que han desfilado enarbolando banderas y pancartas en distintas ciudades occidentales, hemos visto a masas enardecidas del régimen de Bagdad alzando al aire el AK47 como símbolo de fuerza y de lucha. La imagen invita a la reflexión, máxime cuando se completa con la de Sadam Huseín y su Gobierno, en donde todos, sin excepción, visten traje militar con pistola al cinto. ¿Símbolo de paz o de dictadura? Como dijo Francisco de Quevedo, «las dictaduras son tan malas que cuando se endurecen se despeñan y cuando se reblandecen las despeñan».