ABORTOS DE ADOLESCENCIA

OPINIÓN

Los abortos de jóvenes adolescentes, tras embarazos no deseados, se han disparado en Galicia, en donde sólo existe un Centro Xoven, ubicado en Santiago, gestionado por voluntarios y que casi no recibe subvenciones

21 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Responsabilidad Que la simple información no acarrea automáticamente un comportamiento acorde con los datos manejados puede sonar a perogrullada, por obvio: sin embargo, la escasa educación sexual que se ofrece en nuestras escuelas se centra en los aspectos biológicos del hecho sexual humano y en las técnicas para funcionar mejor, y se olvida de transmitir valores que motiven la responsabilidad del sujeto. Coherencia No estamos, pues, ante un problema de falta de información y tampoco de dificultad en el acceso a los anticonceptivos (difícil lo tienen en otros contextos), sino ante un problema que educadores y profesionales de la ética llevamos tiempo denunciando: falta coherencia, correlación entre fines y medios, viven el vértigo del deseo y el puro instinto, sin atender a posibles consecuencias. El calentón Saben que alcohol, madrugada y conducción componen un cóctel peligroso, leen los jóvenes muertos del fin de semana en el periódico, incluso a lo mejor han ido al entierro de algún amigo o compañero y llorado amargamente, pero... Lo mismo ocurre con el calentón: ¡no va a pasar nada! ¿Para qué comerse el tarro? ¡No seas tonta/o? ¡Cómo mola! ¡Qué bueno/a está, no puedo creer que esté conmigo! Cultura trivial ivimos una cultura que lo trivializa todo, que convierte en objeto de consumo cualquier aspecto de la vida, incluso la propia existencia. Ya lo denunciaba Erich Fromm en El arte de amar o en otro de sus grandes libros, Tener o ser (por si alguien se despista: era psicoanalista y agnóstico). Así las cosas, a nadie puede extrañar que se duplique la tasa de abortos entre nuestros adolescentes. Los límites Nuestros chavales necesitan una educación sexual de calidad, que les proporcione los contenidos y las habilidades indispensables para orientar libre y responsablemente su vida. No proporcionársela significa robarles el futuro e incumplir nuestras obligaciones respecto a ellos. En la vida hay límites que no conviene traspasar, no porque lo diga alguna autoridad sino porque hipotecan nuestra felicidad.