EN EL CENTRO... O EN EL MEDIO

La Voz

OPINIÓN

LOS PACTOS POST-ELECTORALES EN GALICIA ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

17 mar 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Depende, claro, de las expectativas del PP. No lo duden: en lo que nos queda de larga -¡inmensa!- precampaña y de campaña para las elecciones autonómicas, los pactos postelectorales serán o no la madre del cordero en función de lo que indiquen las encuestas sobre el tipo de mayoría -absoluta o relativa- que los populares podrían obtener. Con la absoluta, el PP se aseguraría gobernar en solitario y sólo tendería la mano para meterla en la cesta de los votos; por su lado, el PSdeG y el BNG harían la única campaña posible en tal supuesto: la consistente en afirmar, cada uno por su lado, que aspiran a liderar la alternativa. ¿Y los pactos? Pues, para un día después de los comicios. Harina de otro costal será la cosa si de aquí a octubre los sondeos indicasen la posibilidad de que el PP no alcanzase la absoluta, lo que colocaría al partido de Touriño en el centro de todas las miradas y haría de los pactos uno de los ejes de la precampaña y la campaña. No pudiendo el PP gobernar en solitario, cabrían tan solo dos salidas: o que Fraga fuese investido presidente en minoría, con la abstención del PSdeG, o que la oposición se uniera para investir a un presidente alternativo. En esa disyuntiva, tanto el BNG como el PP quedarían inermes y a expensas por completo de una decisión que sólo pueden tomar los socialistas. Y es que los socialistas se sitúan en el centro (topológico) del sistema gallego de partidos. Esa es su ventaja. Pero ese es, también, su gran escollo. Su ventaja, porque, más allá de cuál pudiera ser, llegado el caso, su particular interés electoral, el PSdeG tiene espacios de coincidencia tanto con los populares como con los nacionalistas -en eso consiste estar en el centro, justamente- que le legitiman para adoptar una u otra decisión, sin que nadie pueda acusarle en cualquiera de los casos de traicionar sus principios ideológicos. Pero ese será también el gran escollo que el PSdeG tendrá que sortear. Si la cuestión de los pactos llega a colocarse en el centro de la gresca electoral, Touriño habrá de aguzar su habilidad y su bien probado pragmatismo para evitar embarrancar. Para ello, lo fundamental será no dar de antemano por supuesto ni que estará con los tirios, ni que estará con los troyanos. De que logre maniobrar en esas arenas movedizas dependerá que pueda colocarse en el centro, recogiendo apoyos de ambos lados, o en el medio, recibiendo de ambos lados bofetadas.