Marimí del Pozo era sobrina de Ofelia Nieto, soprano que estrenó la ópera de Amadeo Vives hará el próximo miércoles cien años
22 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Falleció a los 86 años Marimí del Pozo, nieta de aquel entrañable personaje de La casa de la Troya, de Pérez Lugín, conocido como Nietiño, el joven estudiante encargado de la tuna compostelana. Pero no radica ahí su importancia, sino en el brillante comienzo de su carrera como cantante, soprano lírico-ligera, a los 17 años, de la mano de tenores tan insignes como Beniamino Gigli y Tito Schipa, y, tras su prematuro abandono de los escenarios para atender a su familia, en haberse convertido en la mejor pedagoga del canto de la segunda mitad del siglo pasado. Conocía los secretos de la perfecta impostación vocal y su aplicación a la interpretación como vehículo de musicalidad y temperamento artístico. Disfrutaba con la enseñanza: la música y la respuesta de sus alumnos la cargaban de energías, y contaba con una virtud didáctica adicional, su gran simpatía.
Tal bagaje tenía hondas raíces en una saga familiar, que por sus vicisitudes podría ser novelesca, a partir de Nietiño, convertido ya en notario, cuyas hijas Ramona (madre de Marimí), Ángeles y Ofelia iban a alcanzar, en virtud de su precocidad y enorme talento, la condición de prime donne del máximo relieve en los inicios del siglo XX. Tenía Ofelia 12 años cuando Nietiño recibió el consejo de enviarla a estudiar a Madrid, por sus facultades excepcionales. Ofelia, a los 14, ya había asimilado la formación técnica necesaria como para debutar.
Y aquí surge la otra parte de la saga. Amadeo Vives preparaba el estreno de Maruxa y tras escuchar a Ofelia no dudó: «Esta galleguiña será mi Maruxa». De modo que el 28 de mayo de 1914 -hará el próximo miércoles 100 años- se estrenaba esta magnífica ópera de ambiente galaico y nacía una estrella: Ofelia Nieto asumía el difícil papel de Maruxa con enorme éxito; y acabó convirtiéndose en una de las mejores cantantes del siglo XX. Inmediatamente debutó en el Real de Madrid y pasó a cantar en Italia, donde los críticos se deshicieron en elogios ante aquella adolescente, y, formando pareja con tenores como Gigli, Schipa, Hipólito Lázaro y Miguel Fleta, en los mejores teatros del mundo. Paralelamente, debutaba Ángeles italianizando el apellido Nieto (colocándolo al revés, con doble t, Ottein), y no le iba a la zaga en reconocimientos. Ramona se retiró pronto para casarse con Carlos del Pozo, barítono del Real, el padre también cantante de Marimí (véase Ofelia Nieto. Una gallega en el olimpo del bel canto. Antón de Santiago. Biblioteca Gallega, 1994).
Ottein, tras su retirada, se dedicó a la enseñanza y dejó alumnos del nivel de Pilar Lorengar, la coruñesa María Luisa Nache, Consuelo Rubio, Antonio Campó y, por supuesto, su sobrina Marimí. Hay una escueta discografía de Marimí del Pozo que demuestra la excelencia de su arte y que podrá escucharse en un próximo programa de Allegro de Domingo en RadioVoz.