Ha vendido más de 25 millones de discos y ha recibido todos los premios posibles, pero su música dice mucho más que todo esto. Hoy, lleno hasta la bandera
07 abr 2017 . Actualizado a las 05:45 h.Macy Gray (Ohio, 1967) nunca ha parecido importarle demasiado lo que pensara el resto. Siempre se ha sabido poseedora de unas cuerdas vocales únicas, y que su voz, diferente a cualquiera otra cantante de soul, podía estremecer el alma y erizar los pelos de la nuca a todo aquel que pusiera la oreja. Por eso, cuando se tomaba un descanso, flirteaba con otros géneros musicales, o apenas sacaba material original; la estadounidense solo debía salir al escenario y brillar, despedir al escepticismo y firmar un directo incontestable. Aunque su relación con la prensa siempre ha sido algo para andar de puntillas, la artista responde ahora agradecida y con una positividad encomiable. No es para menos. El éxito de su gira por este lado del charco ha sido para quitarse el sombrero.
-Esta es su primera vez en Galicia. No cabe duda de que Europa la esperaba, ha logrado agotar entradas en Londres, Ámsterdam, París y ahora Pontevedra. Última cita en su paseo por el viejo continente. Solo cabe imaginar su alegría.
-Siempre es un sentimiento inigualable tocar en lugares en los que no he estado antes para mi público. La gira ha sido increíble. No puedo imaginar un final mejor que acabar con el cartel de entradas agotadas, de nuevo, en uno de mis países favoritos como es España.
-Siempre que sale su nombre automáticamente se adorna con la coletilla de ser una de las mejores voces del soul y el R&B moderno. ¿Hasta qué punto le obliga ello a ser más exigente consigo misma?
-Solo puedo defender un sentimiento de orgullo cuando lo leo o me lo dictan. La mejor parte de ser una artista es ser única.
-Su último trabajo es un interesante viaje hacia el jazz. Un sonido por explorar, que repercute en su canto. ¿Por qué ahora? ¿Dónde concibió «Stripped»?
-Lo cierto es que siempre he sido una fan del jazz. Realmente es la música con la que crecí y la que he cantado cuando era más joven. Stripeed es simplemente una mezcla perfecta entre el volver a tocar canciones originales y versiones de otros artistas que admiro y respeto. Chesky Records y mi mánager vinieron un día con esa idea y simplemente la trabajamos, le dimos vueltas y la sacamos adelante en apenas dos días, en una iglesia abandonada del barrio de Brooklyn, en Nueva York. Ahora mismo tengo pensado seguir por ese camino.
-«Stripped» incluye su segunda versión de «Nothing Else Matters», la conocida canción de Metallica. Realizar una versión buena ya es difícil, pero usted se lía la manta a la cabeza y lo hace dos veces. ¿Qué tiene esta canción para usted?
-¡Simplemente adoro a Metallica! Solo espero que le haya hecho justicia a la canción en sí.
-«Lucy» es una de las tres piezas originales que incluye su último disco y una de las más aplaudidas. Dice que la compuso dos horas antes de grabarla…
-¡Es verdad! Salió mientras hacíamos un pequeño descanso de la grabación del disco. Tenía una estrofa clavada en mi cabeza y la saqué directamente para esa canción. Me encanta interpretarla en directo.
-A lo largo de su carrera la hemos visto al lado de Santana, Ariana Grande, Bobby Brown, The Black Eyed Peas… La lista es tremenda. ¿Con cuál de esas colaboraciones se queda?
-[Evita decir una en concreto] Como artista, simplemente adoro crear y trabajar al lado de otros grandes músicos. La verdad es que me encanta ese ir y venir que puedo permitirme como artista independiente. Ahora mismo me encantaría colaborar con Chance the Rapper. ¡Soy una adicta a su trabajo!
-Con todo, usted es una artista de directo. ¿Qué tiene preparado para esta noche?
-¡El mejor concierto de todos los tiempos!
-¿Y a medio plazo? ¿Continuará lo empezado con Stripped?
-Lanzaré un nuevo trabajo este año. Hace apenas un mes publicamos White man, un single viral. En verano volveré a Europa para actuar en varios de los festivales más cool del continente, y hacia el otoño o el invierno, empezaré a girar con el nuevo disco.