El garaje donde se esconden los tesoros que explican la historia de Audi

juan lojo REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CAPOTILLO

Hay garajes en los que se aparcan coches, pero en el de Carlos Piay también se esconden tesoros. Este apasionado por los automóviles clásicos y en especial por los Audi, muestra con orgullo sus dos joyas: un DKW Auto Union F8 de 1939 y un modelo 80 de 1974.

14 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay una empresa pionera en trabajar con las sinergias que hoy en día caracterizan a la mayor parte de los fabricantes de automóviles, esa es Audi. De hecho, la marca alemana, que ha llegado a la actualidad formando parte de un grupo del que también particpa Seat, VW y Skoda, surgió en los años treinta del trabajo conjunto de cuatro firmas: en los primeros coches de Autounion la tracción delantera la ponía DKW, los motores eran de Wanderer y las carrocerías las servía Horch, el sello que se identificaba con el lujo dentro de la gama. El DKW Auto Union F8 de 1939 de Carlos Piay es un libro abierto sobre los inicios de la empresa de los cuatro aros.

Este pontevedrés apasionado por los Audi, tanto clásicos como modernos (su coche de calle también es de la marca, no podía ser de otro modo) muestra con orgullo su F8 con carrocería de madera, motor de dos cilindros de 17 caballos y un sistema de arranque, denominado Dynastar, que fue una punta de lanza tecnológica en su época. Carlos compró esta joya hace cinco años en Murcia y se lo trajo «puesto», como él mismo dice, hasta Galicia. «Había visto este modelo en fotos y me encantaba», explica.

Tuvo que cambiarle el motor completo, que encontró, idéntido al que tenía, en Portugal. Era de una furgoneta DKW F90 del mismo tiempo que su automóvil, lo que da una idea de hasta qué punto se compartían las piezas dentro de Auto Union. Y además se metió en las alforjas otro de repuesto que encontró revolviendo en aquel taller. Sustituyó algunas piezas metálicas por otras en inox y le hizo los arreglos de chapa, aunque gran parte de la carrocería del coche es de madera y esa superficie no la ha tocado. Sí ha tenido que hacer algunas modificaciones «que -lamenta- me han dolido mucho, porque en la ITV me obligaron a ponerle intermitentes y cinturones de seguridad que no llevaba el modelo original».

Pero en el garaje de Carlos se encierra otro capítulo de la historia de Audi que nos lleva a los años setenta, cuando muchos emigrantes gallegos venían de vacaciones a Galicia con aquellos coches alemanes que aquí solo eran un sueño, puesto que los aranceles que se aplicaban sobre los modelos de importación ponían los precios en límites prohibitivos para la mayoría de la gente. Años después, con la entrada de España en la UE, la marca daría otro paso adelante y pasaría a convertirse en el logo de los coches altos de gama del grupo al que pertenece actualmente. El Audi 80 del 74 de su colección fue uno de esos automóviles, que acabó recalando en Ourense cuando su propietario regresó ya jubilado. «De hecho -apunta Carlos-, en la documentación aparecen todas las matrículas provisionales que le ponían al coche cuando su dueño venía a Galicia». Se trata de un sedán de cuatro puertas, primera serie, con motor de gasolina de 1.500 centímetros cúbicos. Carlos le ha hecho una restauración mecánica y el coche suena como cuando cruzaba toda Francia y España para traer a su anterior propietario a Galicia. Carlos le hace ojitos al coche: «Me encanta su estética de los setenta y su sencillez en diseño y equipamiento».

Hoy y mañana, nuevos cupones y números para optar al segundo A1

El viernes pasado, Joaquín Vizcaíno, un fiel lector de Santiago, fue premiado con el primero de los A1 de esta promoción. La Voz de Galicia publicará hoy jueves y mañana viernes los siguientes cupones y los números para que los lectores puedan continuar con el juego. Ahora tienen la posibilidad de ganar el segundo de los tres Audi A1 o a un premio final de 10.000 euros que se sortearán entre aquellos cartones no premiados que lleven pegados todos sus cupones.

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