Varios extrabajadores en prácticas han presentado una demanda colectiva acusándolas de «robo de salarios»
11 ago 2015 . Actualizado a las 18:08 h.The Row es el nombre de la firma de moda de Mary-Kate y Ashley Olsen, las gemelas que saltaran a la fama con tan solo dos años en Padres Forzosos. Ahora, con 29 años, las multimillonarias hermanas se enfrentan a una demandada por parte de cerca de cuarenta becarios que han trabajado en la empresa y subrayan las malas condiciones de trabajo.
Según informa The New York Post, las gemelas estarían explotando a sus trabajadores en prácticas haciéndoles trabajar 50 horas semanales sin cobrar. Así, los afectados se han organizado para llevar a cabo una demanda colectiva contra su productora, la empresa Dualstar Entertainment Group, por «robo de salarios». Según la acusación los becarios debían realizar las mismas tareas que los empleados pero de forma gratuita, además subrayan que trabajaban bajo mucha presión.
La primera en dar un paso al frente a la hora de tomar el camino judicial ha sido Shahista Lalani, que fue diseñadora en prácticas para la firma, y ha hecho graves declaraciones sobre las precarias condiciones laborales de la marca, que recoge la publicación inglesa. «Eras como un empleado, excepto que no te pagaban. Eran muy crueles. Yo hacía el trabajo de tres becarios, tenía que estar pendiente todo el día y toda la noche, recibía emails a las diez de la noche con peticiones para el día siguiente», también comentó que «había que ir a un ritmo frenético y trabajar bajo mucha presión, vi a muchos becarios llorar mientras hacían café o sacaban fotocopias».
Además de la gran cantidad de trabajo, Lalani explica que en las oficinas de la firma han llegado a los 37ºC en verano, incluso cuenta que ella sufrió una deshidratación, y que si en algún momento hacían un descanso se les asignaban tareas como «organizar todos los botones por códigos de color».
Por otro lado, la joven deja claro que nunca llegó a trabajar directamente para las famosas gemelas y que apenas se dejaban ver por allí: «No fueron nunca malas con nadie. Son gente de negocios», explica. Muchos becarios, como Lalani, se han unido para pedir un salario mínimo y una compensación económica por las horas extras trabajadas.