«En Europa del Este hay muchísimas oportunidades si uno busca poner a prueba sus conocimientos»

L.M. REDACCIÓN

MIGRACIONES

Tomás Cabezón Ortega destaca las ventajas laborales que ofrecen otros países y que son un impedimento para el retorno de jóvenes con talento

30 mar 2020 . Actualizado a las 15:16 h.

Tras varios intentos de mejorar sus posibilidades laborales en Galicia, Tomás Cabezón Ortega (35 años, Ingeniero Superior, oriundo de Ferrol) decidió que para encontrar el tipo de desafíos que estaba buscando en su vida profesional debería cruzar fronteras. Era entonces 2013, tenía 28 años y «en España la crisis todavía estaba afectando mucho el mercado laboral para los jóvenes», asegura. Así, vio en Polonia un país con oportunidades. Envió tres currículums, le respondieron con dos ofertas y se convirtió en emigrante. Desde entonces ha vivido en tres países diferentes y actualmente reside en Budapest, Hungría.

«En Europa del Este hay muchísimas oportunidades si uno busca poner a prueba sus conocimientos y dar impulso a la carrera profesional», afirma Cabezón Ortega, que trabaja actualmente como responsable de Data Science en su área de negocio. A eso se suma el desafío a nivel vital que supone el vivir en una cultura diferente. 

De cada destino, afirma, ha aprendido algo diferente: de Polonia, a apreciar las ventajas del individualismo y de la iniciativa; de Alemania, la riqueza de un lugar cosmopolita que atrae talento y que añade esa perspectiva a sus compañías para enriquecer el resultado final; de Hungría, cómo aprovechar el potencial y las ventajas de estar en una economía atractiva para la inversión internacional.

Así, «la experiencia general es absolutamente enriquecedora a nivel personal y profesional», dice, tanto por las distintas culturas, como por los diferentes puestos de trabajo, que «aportan perspectivas nuevas». 

Como destacan los migrantes gallegos consultados en el estudio La innovación de los procesos comunicativos en la interactividad de la diáspora gallega y el impacto del proceso migratorio en los retornadoslas mejores condiciones laborales de salario y posibilidad de ascenso «que en España muchas veces no existe», son algunos de los aspectos positivos de vivir fuera, coincide Cabezón Ortega, a lo que suma el bajo o incluso inexistente desempleo. «Hay mucha competencia por atraer talento, si el trabajador es bueno, eso se ve recompensado en asumir nuevas responsabilidades», explica.  

Es por esas condiciones de trabajo favorables, que en Galicia «suenan a fantasía», que aunque piensa eventualmente en volver a su tierra, ve el panorama de retorno complicado. Reconoce, sin embargo, que la situación está cambiando con respecto a los años de crisis económica: «Confío en que los empresarios se den cuenta de que tienen que ofrecer mejores condiciones y mejores salarios, que sí tienen otros países que están pujando como Polonia, Hungría o Eslovaquia. Mientras esto no ocurra, no creo que haya retorno», asegura.

Si bien no existen actualmente, a su entender, ventajas a nivel profesional, sí ve beneficios a nivel personal y familiar en el retornar a la comunidad. «Algo que echo de menos es el mar, la humedad, y la gastronomía», dice, aunque «hoy en día es fácil volver cuando tienes ganas de pulpo».