La vivienda como problema

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Carteles de alquiler de vivienda en A Coruña.
Carteles de alquiler de vivienda en A Coruña. ANGEL MANSO

21 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La prensa británica se hacía eco estos días de un informe sobre la emancipación de su juventud, cada vez más retrasada; 4,9 millones de jóvenes mayores de edad vivían aún con sus padres en el 2021, frente a los 4,2 millones de diez años antes. Uno de cada diez británicos en la treintena aún no ha conseguido emanciparse. El asunto preocupa, y eso que en otros países la situación es peor. En España, por ejemplo, un 59 % de los jóvenes entre los 25 y los 29 años vivían con sus padres en el 2018; diez años antes eran el 53 %. Aquí y allá, las causas son las mismas: precariedad laboral, bajos salarios y alto precio de la vivienda. En Gran Bretaña se ha duplicado desde el año 2000. En España llegó a triplicarse entre el 2000 y el 2009, cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria frenó el precio y comenzaron las bajadas; aun así, ahora es más del doble que al comienzo del siglo.

La Ley de Vivienda que acaba de pasar su trámite en el Senado es el último intento de dar fluidez a este atasco. Cuando se redactó la Constitución del 78, momento en el que creíamos que todo era posible, se consagró eso de que «todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada», pero no se pusieron los medios para hacer efectivo ese derecho. Otros países de nuestro entorno sí lo han hecho, incluso esos que ni siquiera tienen una Constitución escrita. En el debate que el proyecto de ley suscitó se han hecho evidentes todas las facetas que presenta la vivienda: es un problema , es más o menos un derecho, es la inversión preferida. En su dimensión de problema, lo definió perfectamente el anexo específico que el Defensor del Pueblo añadió a su informe anual del 2018. El gasto público en materia de acceso a la vivienda y fomento de la edificación cayó desde un 0,3 % del PIB en el 2009 hasta un 0,15 % en el 2016. La promoción de viviendas sociales para alquiler prácticamente se abandonó. Hoy son solo el 1,5 % del parque total de hogares. La nueva ley aparece plagada de buenas intenciones. Veremos si se ponen medios, y voluntad, para hacerlas efectivas.