El PSOE ha puesto en marcha una campaña para informar sobre la tributación de las pensiones extranjeras.
El PSOE ha puesto en marcha una campaña para informar sobre la tributación de las pensiones extranjeras. Santi M. Amil

23 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha propuesto esta semana que se rebajen los ingresos de los pensionistas, al menos de los que cobran algo más que las pensiones mínimas. No lo propuso con esas palabras, sino con un giro exculpatorio al que ya estamos acostumbrados: que no se revaloricen las pensiones para compensar la inflación. Así que una medida que se dirige a evitar que las pensiones bajen (por pérdida de poder adquisitivo) acaba llamándose «subida». Está claro que para alcanzar el nivel máximo en la carrera bancaria que ha alcanzado el señor De Cos no solo hay que ser fiel a la escuela de Chicago, sino que también hay que manejar bien los eufemismos.

El Gobierno va a hacer poco caso a la recomendación del gobernador, ya sea por no traicionar compromisos tantas veces publicados o porque estamos en período preelectoral y los pensionistas son muchos y votan mucho. Pero si se trata de empobrecernos la cosa ya va por si sola, sin necesidad de intervenciones del Ejecutivo ni del Banco de España. El último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social constata que casi un 28 % de los españoles vivían el año pasado con ingresos inferiores al umbral de pobreza, con empleos de baja intensidad o con carencias materiales graves. Incluso entre los que cuentan con empleo, un 14,3 % no pasa de pobre. Y más de cuatro de cada diez familias se ven al borde de ese abismo que supone carecer de medios para lo básico. Así que, de acuerdo con esta organización, que utiliza datos de Eurostat, España sigue a la cola de Europa, donde solo la superan en penurias Rumanía, Bulgaria y Grecia.

Si, como prevén algunos expertos (entre ellos, el mismo Hernández de Cos), la verdadera recuperación no llega hasta el 2024, podemos ir preparándonos para presenciar episodios tristes en la calle. Mantener la capacidad de gasto y de ayuda de los pensionistas puede contribuir a que el camino hacia la salida sea menos dramático. Cuando llegue la recuperación será el momento de volver con la reforma de las pensiones, la deuda y el déficit, sin eufemismos.