Una semilla para la esperanza en Bolivia

Héctor Estepa

MERCADOS

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El país aspira a convertirse en el primer productor mundial de chía, que proviene de una planta de la familia de la menta, y que es muy saludable y rica en ácidos grasos

08 may 2022 . Actualizado a las 22:09 h.

Bolivia tiene grandes esperanzas puestas en la chía. El país sudamericano planea convertirse en el primer productor mundial de la nutritiva semilla en los próximos años, fomentando, especialmente, las exportaciones a China. «Tenemos un mercado importante y un potencial muy grande, y nuestros empresarios han hecho un gran trabajo en estos años», explica Benjamín Blanco, viceministro boliviano de Comercio Exterior. «Desde el 2014 se ha venido trabajando en el desarrollo sector; de ser un país que apenas producía, hoy podemos asegurar que ocupamos el segundo puesto en el ránking mundial», precisa el alto mando. En efecto, el país andino produce unas 15.000 toneladas al año de la semilla. Solo Paraguay supera esas cifras, con unas 30.000 toneladas. Argentina y México se quedan lejos, con una producción de unas 4.000 toneladas cada uno.

La chía es originaria de México y Centroamérica. Su nombre significa «fuerza» en maya. Fue uno de los principales cultivos precolombinos de la zona. Su uso menguó después de la conquista, pero remontó y se mundializó a principios del siglo XXI, al ser calificada como un superalimento, como la quinoa y el sésamo, por su alto contenido de omega 3 —muy superior al del salmón—, proteínas, antioxidantes y fibra saludable, siendo recomendada para obesos, diabéticos, vegetarianos y deportistas.

La siembra se inició en Bolivia en el año 2004 cuando empezó el aumento de la demanda internacional. Se planta especialmente en los campos del departamento de Santa Cruz, lo que ha terminado con la supremacía de la soja. Es además una planta más amable con el entorno natural.El negocio creció en los años posteriores. «Bolivia logró posicionarse como uno de los mayores productores y exportadores en el 2015 gracias al sector privado y la financiación a través de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz, que puso en marcha un programa bianual para posicionar la chía boliviana en el mercado europeo», asegura Germán Cuéllar, ex presidente de Prochia, la asociación de productores bolivianos de la semilla.

«En ese año nos juntamos nueve empresas con los mismos sistemas de calidad y la misma visión de posicionar la chía de Bolivia en el mundo como la de mejor calidad y fiabilidad», relata el productor. Y añade: «Ahora estamos en comunicación constante con el personal del Ministerio de Exterior para buscar la apertura de nuevos mercados. Bolivia tiene mucha área para la producción y es interés del Gobierno y de los empresarios expandir las zonas de siembra y que esto genere un alto impacto social», desvela Cuéllar.

El Gobierno boliviano está apuntando especialmente al gigante asiático. «China no consumía chía. No era un producto que formara parte de sus importaciones, pero a partir de la pandemia, con la necesidad de varios países de buscar alimentos de mucho más valor nutritivo y sanos, ha empezado a importar la semilla», explica el viceministro Blanco. El inicio de las exportaciones al gigante asiático está a la espera de una visita a Bolivia de las autoridades chinas para firmar una certificación sanitaria. El viaje no se ha producido hasta ahora por la pandemia, pero las autoridades del país andino confían en que sea este año. Unas 3.000 familias se beneficiarían del aumento de la oferta de chía. El productor Germán Cuéllar confía en el futuro de la semilla. «Es un producto muy nuevo en el mercado y tiene mucho potencial por sus diferentes usos en varios tipos de industrias. Se estima que el crecimiento anual supera el 10 %. Crecería más si los precios se mantuvieran estables y pudiesen entrar más multinacionales a utilizarla como ingrediente. Los subproductos como aceite, harina, proteína y fibra son novedosos en el mercado, y ya están siendo utilizados como ingredientes para la elaboración final», detalla este agricultor sobre una semilla que está dinamizando el campo boliviano.