El fraude con las tarjetas se dispara

MERCADOS

Sandra Alonso

El auge del comercio digital ha provocado un aumento de los duplicados del dinero plástico. El banco debe responsabilizarse del cargo sustraído en la mayoría de los casos, pero hay excepciones

23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El despegue que ha experimentado el comercio online en este último año tiene tintes de hito histórico. Las compras por Internet han venido para quedarse. Incluso los más reticentes a este modelo de consumo han acabado dejándose llevar por la comodidad, el amplio catálogo y la inmediatez de un sistema que promete seguir creciendo con el paso del tiempo.

Y a pesar de que el conocimiento de los consumidores y las nuevas tecnologías han logrado hacer del entorno digital un lugar mucho más seguro, los fraudes y los robos siguen estando a la orden del día. Las cifras hablan por sí solas. Según la Memoria Anual sobre la Vigilancia de los Sistemas de Pago del Banco de España, en nuestro país se produjeron algo más de un millón de operaciones fraudulentas con tarjetas por un valor de 88 millones de euros en el 2018. Tirando de calculadora y teniendo en cuenta el número de plásticos que había en España en dicho año, esto supone 1,4 operaciones fraudulentas por cada 100 tarjetas y por un valor de 74 euros. Esos son los cálculos que presentó el comparador de productos financieros HelpMyCash en un reciente informe en el que también apunta que los fraudes en compras online y en puntos de venta tradicionales fueron los más comunes en nuestro país, acaparando el 77 y el 20 % de las operaciones respectivamente.

Así, son muchos los consumidores que se han topado con algún agujero inesperado en sus cuentas a causa del robo de sus tarjetas en algún comercio digital fraudulento. Y, llegados a este punto, la pregunta que a muchos acecha es: ¿está obligado el banco a devolver el dinero sustraído al cliente?

Tal y como establece la ley, todos los bancos deben hacerse cargo de las pérdidas ocasionadas por un robo o por un uso fraudulento de las tarjetas de crédito o débito de sus clientes. Eso sí, hay algunas condiciones que los consumidores deben tener muy en cuenta para no toparse con situaciones inesperadas y acabar quedándose sin el dinero sustraído.

En caso de que el incidente tenga que ver con el robo de una tarjeta, lo más importante es ser rápidos y comunicar el suceso lo antes posible al banco. Porque, precisamente, aquí puede estar la diferencia entre recuperar todo lo sustraído o no. Porque, tal y como explican desde HelpMyCash, si los ladrones gastan el dinero después de haber notificado al banco la incidencia, la entidad deberá devolvernos absolutamente todo el dinero robado.

La cosa cambia cuando el dinero es sustraído de la cuenta antes de notificar al banco. En ese caso, y según la Directiva (UR) 2015/2366 del Parlamento Europeo, los primeros 50 euros que se roben tendrán que correr a cargo del cliente.

Para entenderlo mejor, los expertos tiran de ejemplo. En caso de que los cacos roben 200 euros de la cuenta de un cliente antes de informar al banco de la sustracción de la tarjeta, la entidad deberá devolverle 150 euros, mientras que el cliente tendrá que hacer frente a los otros 50. Si el robo de los 200 euros se produce después de avisar a la entidad de que se ha hurtado uno de los plásticos del cliente, en ese caso será la entidad la que tenga que devolver la cantidad íntegra.

Duplicados

La casuística cambia radicalmente cuando se trata de un duplicado de la tarjeta. Es decir, cuando se duplican los datos del plástico pero no se sustrae físicamente el objeto en sí mismo. Ante una situación como esta, el cliente suele tener todas las de ganar, puesto que la directiva del Parlamento Europeo considera que una persona no puede ser consciente de lo que ha sucedido con su dinero hasta que se lleve a cabo el robo en su cuenta. Por eso, en situaciones como esta, la entidad tendrá que devolver toda la cantidad robada siempre. Volviendo al caso anterior, si a un cliente le roban 200 euros a través de un duplicado de la tarjeta, el banco tendrá que devolverle los 200 euros siempre. Eso sí, en este caso también existe una pequeña excepción. Y es que, la normativa apunta a que el banco podrá eludir sus responsabilidades siempre que se entienda que ha habido una negligencia por parte del cliente. ¿Y qué consideran negligencia? Pues por ejemplo, dar los datos de la tarjeta a terceros o apuntar en algún lugar el pin de la misma.

Además, con la nueva normativa PSD2 hay que tener muy en cuenta qué se hace con las compras online. Porque en la actualidad, se pide al cliente una doble autenticación -precisamente pensada para aumentar la seguridad- para poder llevar a cabo una compra en la web. Si esta doble verificación se realiza sin problemas, entonces tampoco se podrá presentar una reclamación del importe sustraído, porque se entiende que se han cumplido con los protocolos de seguridad necesarios.

Denunciar el robo

Ante un problema creciente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó una pequeña guía sobre cómo operar tras el uso fraudulento de una tarjeta. Según los expertos de la organización, lo primero es comunicar el suceso al banco (por teléfono, por ejemplo) para anular lo antes posible todas las tarjetas. Si se trata de un robo tanto del plástico en sí como de los datos del mismo, el siguiente paso es denunciar ante la comisaría de policía. Por último, la OCU recomienda reclamar: «En caso de que la entidad no quiera hacerse cargo de las cantidades defraudadas, se debe reclamar ante el servicio de atención al cliente o el defensor del cliente de la entidad».

La aplicación de pagos española que conquistó al consejero delegado de Twitter

S. C.

Verse ha conseguido captar la atención del mismísimo Jack Dorsey, consejero delegado de Twitter y de la fintech estadounidense Square. Esta aplicación española especializada en el envío de dinero entre particulares fue adquirida por el magnate americano el pasado mes de abril por una cantidad que no ha trascendido (aunque ya hay quien habla de que la operación habría ascendido a los 50 millones).

El competidor español de Bizum no ha parado de crecer en los últimos años. En el 2019, Verse consiguió la licencia de pagos europea, lo que le permite desde entonces operar en todo el Espacio Económico Europeo. Y el empujón que supondrá pasar a formar parte del equipo de Square puede conseguir que esta herramienta acabe compitiendo de tú a tú con otras compañías tan exitosas como PayPal o el propio Bizum.

Fundada en el 2015, esta herramienta ofrece muchas funcionalidades para compartir gastos y realizar pagos entre amigos. Al igual que sucede con Bizum, Verse permite recibir y mandar dinero (sin comisiones) entre amigos y conocidos. Pero una de las grandes bazas con las que cuenta esta herramienta es la gestión de los pagos en grupo. Verse ayuda a compartir gastos con amigos y familiares dividiendo el coste en la herramienta.