La inseguridad jurídica

MERCADOS

CAPOTILLO

07 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las claves de la economía de mercado es que canaliza al ser humano hacia la actividad económica. Con ello, destierra el abuso del dominante y/o el imperio de la violencia. El bienestar social se convierte en un hijo natural del desarrollo económico. Si las instituciones que han de velar por el buen funcionamiento creen realmente en el sistema, darán un paso más y apostarán por la competencia continua. El uno hace mejorar al otro ¿Cómo se llega a ese fin? En primer lugar, respetando la propiedad, tanto la física como la intelectual. Sacralizando las fuentes de todo, de la nave industrial, la patente, las maquinarias, los diseños, los programas, las fuentes de tu riqueza. En segundo lugar, creando autopistas del intercambio. Lo que crees ha de llegar rápido allá donde debe ir. Y ahí entra todo, tanto las infraestructuras físicas, como las autopistas, o las vías férreas, como las licencias de explotación y la regulación administrativa. Aunque, a mi parecer, es sencillo tener claros estos conceptos, la verdad es que las administraciones tienen una inercia brutal a alejarse de ellas. Por eso es tan importante tener gobernantes que crean en nuestro sistema y lo respeten. Difícil, seguro. El poder, cuando se accede a él, distorsiona el juicio; y, en dos telediarios, si nadie te frena, pasas de ser un demócrata convencido a un defensor de la monarquía absolutista. El rey soy yo, pueblo mío y, porque os quiero, os trasladaré, en mis actos, mi sabiduría.

Este mes pasado fue el segundo consecutivo en que Galicia tuvo unos datos de desempleo aceptables, entendiendo, por ello, que fueron de los menos malos. La construcción está cogiendo ritmo y el desempleo empieza a estar acotado al sector servicios. Pero, entre los datos positivos, hay algo bastante relevante: Pontevedra fue incapaz de generar empleo industrial. Ahí están las cifras, cualquiera las puede consultar. Si bien es cierto que los males del tejido industrial pontevedrés no nacieron ayer, también es igualmente correcto que, hagamos lo que hagamos, sus heridas no cicatrizarán mañana. Lo sorprendente es que en esta imagen clínica de un cuerpo que se desangra, la Administración central haya decidido quitarles el suero a algunos de los enfermos ¿A quienes? A los que están en costa, que no son pocos en Galicia: unas cinco mil empresas, pero que en Pontevedra, en términos relativos, son algunas más que en A Coruña y Lugo ¿Cómo lo hará? A través de la futura Ley de Cambio Climático. En su artículo 18 se deduce un límite, con efecto retroactivo, a las concesiones administrativas en dominio público marítimo-terrestre. La gravedad es que, al tener ese carácter retroactivo, atenta a los derechos de propiedad, cortocircuita los horizontes temporales de las inversiones. Sumerge a la economía de mercado en los lodazales de la inseguridad jurídica. Algunos nunca podrán amortizar las inversiones realizadas y otros, en buena lógica, ya nunca las desarrollarán. Y en industria, si no estás sometido a una inversión continua, te caes. Que se lo pregunten a Alcoa. En el caso de Ence, la más relevante de las afectadas, y que sirve de muestra de la situación, le obligará a abandonar Pontevedra. Lo natural es que busque nuevos escenarios para su fábrica y no se quede esperando a la voluntad magnánima de quien esté gobernando España en 2033. En estos momentos, tan duros, y de tanta impotencia, debe doler y bastante, que los golpes más terribles los proporcione quien no entiende, o no quiere entender, cómo funcionan las economías de mercado.