Whitney Wolfe, consejera delegada de Bumble: la reina de corazones

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La estadounidense se ha convertido en la multimillonaria más joven del planeta, gracias a Bumble, una aplicación de citas en la que solo las mujeres pueden tomar la iniciativa

01 mar 2021 . Actualizado a las 09:52 h.

Primero lo intentó con Tinder. Y la cosa acabó en fracaso. Peor que eso. Como el rosario de la aurora. Demanda de acoso sexual incluida.Pero no se amilanó. Volvió a probar suerte. Esta vez con Bumble. El Tinder feminista lo llaman. Una aplicación de citas en la que mandan las mujeres. Solo ellas pueden tomar la iniciativa en los contactos. Y la cosa cuajó. Tanto que hace tan solo unos días se la vio celebrarlo por todo lo alto rodeada de globos blancos y amarillos y con su retoño de un año en brazos.

Y no, no es que la protagonista de esta historia encontrase por fin el amor. No es tal el motivo de la celebración. Sino el haberse convertido en la milmillonaria más joven del planeta. Hablamos de Whitney Wolfe Herd (Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, 1989). Fue en su día una de las principales directivas de Tinder, compañía que tuvo que abandonar en el 2014 tras el mencionado enfrentamiento con el que fue su novio y jefe en la empresa -el cofundador y entonces CEO, Justin Meeten- ; y creadora después de Bumble, la idea que la ha hecho rica.

En el bolsillo, tras su traumática marcha, una indemnización que, aunque secreta, dicen que superó el millón de dólares, y acciones de la compañía. En la mochila personal, una tortuosa experiencia que la convirtió en símbolo del sexismo imperante en Silicon Valley. Heroína para muchos por su valentía al denunciar; mera cazafortunas para no pocos.

Acaba de debutar Bumble en el Nasdaq estadounidense. Con una espectacular subida. Más del 60 % se revalorizaron las acciones el día del estreno. Más de 7.000 millones de dólares dice el mercado que vale la firma. Y el patrimonio de Wolfe, situado de golpe en 1.600 millones de dólares (tiene el 12 % del capital). Eso la convierte en una de las integrantes, la más joven, de ese 5% de las 500 personas más acaudaladas del mundo que son mujeres y que han llegado hasta lo más alto por sus propios medios. Sin herencias ni matrimonios de por medio. Además, se ha convertido en la consejera delegada más joven de una empresa cotizada en Wall Street. 

Nacida en el seno de una familia acomodada ?su padre era promotor inmobiliario en Utah? Wolfe cursó estudios internacionales en la Southern Methodist University, hasta que en el 2012, ya con la carrera acabada desembarcó en Silicon Valley tras fichar por Tinder, por aquel entonces solo una idea más en una de esas aceleradoras de startups.

Cuenta Wolfe que cuando tuvo que abandonar su trabajo de la forma en que lo hizo, lo último que se le pasaba por la cabeza era lo de seguir en el negocio de las citas. Tan grandes eran su hartazgo y decepción que hasta hizo las maletas y dejó atrás Silicon Valley. Se mudó a Austin (Texas) con la idea de poner tierra de por medio tras el escándalo. Pero no tardó mucho en cambiar de idea. Lo hizo ese mismo año. Y fue Andrey Andreev, inversor ruso afincado en Londres propietario de la plataforma de citas online Badoo, quien la convenció para poner en marcha un negocio similar al de Tinder. Aceptó. «Lo estuve pensando mucho y me pregunté. ¿Por qué tengo que ponerle punto final a mi carrera profesional? ¡Tan solo tengo 24 años! Y soy una mujer inteligente. Hubiera hecho mal en salir corriendo de una situación desagradable», ha explicado en alguna que otra entrevista. Eso sí, le puso al ruso una condición: que el público femenino llevara siempre las riendas. Y funcionó. Hoy Andreev ya no está. Le vendió su parte al fondo Blackstone hace dos años. Pero Wolfe sigue al frente y su compañía, ya lo han visto, pisa fuerte en el mercado. Nada que ver con lo que significa su nombre, que en castellano viene a ser algo así como trastabillarse al caminar.

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