Golpe certero a la bolsa de plástico

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

MABEL RODRIGUEZ

Gobiernos y empresas legislan ya contra este tipo de envases, que deben desaparecer por completo en el 2021. Cada año se consumen en Europa 100.000 millones de unidades

24 feb 2019 . Actualizado a las 05:08 h.

Los mandamases del Viejo Continente advirtieron desde los despachos de Bruselas hace ya unos años a sus socios europeos. El plástico debía empezar a dar paso a otras alternativas más sostenibles. Ellos fueron los primeros en blandir la espada contra este material. Pero los países miembros no se quedaron atrás. España echaba mano de la ley para atajar el problema. Desde julio del 2018, los comercios estaban obligados a cobrar por su uso. Era el primer paso de un sendero que culminará en el 2021, momento en el que las bolsas ligeras (entre 15 micras y 50) y las muy ligeras (menos de 15) que no sean biodegradables pasarán a estar completamente prohibidas. Los gobiernos de todo el mundo se han ido incorporando poco a poco a una lucha que, aunque lenta, no deja de sumar hitos.

Ayudan, y mucho, la entrada en la batalla de los grandes del consumo. Mercadona ponía fecha esta semana a la sustitución definitiva en todas sus tiendas de las bolsas de plástico. A partir del mes de abril, sus clientes solo se encontrarán en el supermercado alternativas de papel, rafia o reutilizables. Es más, sus nuevos macutos estarán fabricados con 3.000 toneladas de plástico procedente de los embalajes recuperados en sus tiendas. El sector textil tampoco se quiere quedar atrás. Zara va marcando un camino al que seguramente se vayan sumando el resto de actores en los próximos meses. El buque insignia de Inditex anunciaba que a partir de este mes y a lo largo de todo el año, sus míticas bolsas darán paso a otras hechas de papel 100 % reciclado y reutilizable.

Son los primeros pasos de un camino todavía muy largo. Cada año se consumen en Europa 100.000 millones de bolsas de plástico y menos del 30 % son recogidas para su reciclaje. Es más, el 31 % de ellas acaba directamente siendo pasto del vertedero. Los expertos se afanan en lanzar datos que inviten a sus conciudadanos a la reflexión: las bolsas finas se utilizan durante 20 minutos a duras penas y tardan más de 400 años en descomponerse.

En esta lucha, el avance de las sociedades y el paso del tiempo no nos ha hecho mejorar sino dar pasos agigantados hacia atrás. La producción anual de plásticos a nivel mundial aumentó de las 1,5 millones de toneladas que salían al mercado en 1950 a los preocupantes 260 millones de toneladas que se produjeron en el 2013. Y siguen creciendo a un ritmo de entre un 5 y un 7 % anual. En España, hace cincuenta años cada ciudadano consumía 300 gramos de este material al año. Hoy en día, se procura 115 kilos.

En nuestro país todavía tenemos mucho que aprender. La asociación ecologista WWF daba un tirón de orejas a los consumidores patrios con su informe Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo. Una de las conclusiones a las que llegaban los expertos al servicio de esta organización situaba a España como el segundo país europeo que más plásticos vierte al Mediterráneo, con la escalofriante cifra de 126 toneladas diarias. Solo es superado por Turquía, con 144 toneladas.

un material omnipresente

Jan Zalasiewicz, geólogo de la Universidad de Leicester, calculaba que la humanidad ha producido ya a lo largo de la historia unos 5.000 millones de toneladas de este derivado del petróleo. Una cantidad que, asegura, sería suficiente para envolver el planeta con una fina capa de film transparente. Pero no solo de bolsas vive el plástico. No hay más que echar un vistazo rápido a todo lo que nos rodea para darse cuenta de la omnipresencia de este componente. Transporte, tecnología, cosmética, alimentación, juguetes... Está por todos lados.

Y las consecuencias no son solo medioambientales. Cada día que pasa sin poner remedio a esta lacra supone una importante sangría para los bolsillos de la economía mundial. Standard & Poors lanzó un dato capital en el 2014. Los daños provocados en el litoral marino por el uso de este elemento superan los 11.000 millones de euros al año y los sectores más afectados son los relacionados con el turismo, la biodiversidad y la pesca. Cada año se filtran en los mares ocho millones de toneladas del material. Para hacerse una idea, es el equivalente a verter un camión entero de basura cada minuto.

20.000 botellas por segundo

Las pérdidas económicas se acrecienta por otros lados. Según la consultora Euromonitor Internacional, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico a lo ancho y largo del planeta. O lo que es lo mismo, cada segundo que pasa se adquieren unas 20.000.

Y los expertos alertan. El 95 % de todos los envases de plástico se utilizan tan solo una vez, lo que supone una pérdida global estimada en 100.000 millones de euros.

Estamos poniendo en juego economía, medioambiente y salud. Factores suficientemente importantes como para buscar alternativas. Y para hacerlo pronto.