Cómo va la química a la sociedad

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

SANDRA ALONSO

Los titulados de la carrera que imparte la USC desarrollan su trabajo tanto en productos como en procesos. Tras el grado, los alumnos obtienen el título de ingeniero industrial

25 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo es física o química. Lo que no se rige por unas leyes se rige por las otras, y por tanto una carrera que combina la aplicación práctica de las dos disciplinas, junto a las matemáticas, por fuerza tiene que ser una carrera de éxito. Es Enxeñaría Química. La ofrece la USC y tiene un nivel de empleabilidad muy alto a pesar de que no es una titulación única en España (hay 44 grados). En Galicia solo se ofrece en Compostela.

La carrera tiene dos partes diferenciadas: el grado, del que se sale con el título de graduado en Enxeñaría Industrial, y el máster en Enxeñaría Química e Bioprocesos, que es el que verdaderamente da el título de ingeniero químico, y que cursan el 80 % de los graduados (el otro 20 %, según una encuesta de la propia escuela, encuentra trabajo).

Anuska Mosquera, la coordinadora de la titulación, enumera ejemplos de los trabajos a los que se puede optar con esta carrera: «Gerente de una empresa de gestión de residuos, gestor en una empresa química, gestor de proyectos, responsable de operaciones de una empresa gasificadora, responsable de área en una planta de tratamiento de aguas residuales, ingeniero en el departamento de I+D de cualquier compañía industrial, director ejecutivo de una empresa farmacéutica, responsable de laboratorio de calidad, y, por supuesto, profesor de universidad». Mosquera completa lo anterior al decir que «un ingeniero químico pone en práctica los conceptos de la química en la tecnología, y eso afecta tanto a productos como a procesos».

Como no es una titulación clásica (nació en el curso 2010/11), todavía llegan al grado muchos estudiantes sin estar del todo seguros de qué se van a encontrar. Entonces descubren el valor y peso del diseño de los procesos, algo muy vinculado a la ingeniería industrial, que les permitirá tener un amplísimo arco de posibilidades laborales.

Un 45 % de mujeres

Tal vez por el adjetivo de la química, este grado no sufre la masculinización de otras ingenierías, y desde el principio sobre el 45 % del alumnado -entran sesenta estudiantes cada curso- está formado por chicas, que, dice Mosquera, «tienen las mismas posibilidades de encontrar empleo que sus compañeros varones». Contar con la acreditación IChemE (Institution of Chemical Engineers, https://www.icheme.org/about_us.aspx) «facilita la movilidad de nuestros alumnos tanto para irse a otras universidades a hacer el máster como para ser contratados por empresas de cualquier parte del mundo».

Y hablando de empresas, Mosquera destaca la relación muy estrecha que mantienen con el tejido industrial gallego: «Es cierto que la industria gallega no es suficiente, pero nos conoce y tenemos mucha relación; algunos de nuestros exalumnos ya forman parte de los equipos directivos y otros simplemente vienen a la facultad a buscar nuevos empleados. Pero como complemento, nosotros fomentamos las estancias en el extranjero [Erasmus+] para garantizar la mejor preparación posible de nuestro alumnado».