Cómo deshacerse de la amante

Sara R. Estella PEKÍN / LA VOZ

MERCADOS

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En los últimos años han proliferado en China empresas dedicadas a poner fin a las infidelidades, un símbolo de poder social al alza por el florecimiento de la clase media

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Darse el «sí, quiero» por cualquier rito exótico o en ceremonias multitudinarias en áreas escénicas impresionantes en diversos lugares de China, como las que se celebran cada año en la ciudad helada de Harbin, al norte del país, son habituales en el país asiático. Sin embargo, para que el amor no se quede congelado triunfa un negocio tan extravagante como rentable: empresas especializadas en espantar a las amantes de maridos adúlteros.

Wang Junjie, de 46 años, es abogado y ha trabajado durante más de 20 años en una oficina especializada en divorcios. Con su experiencia, y después de observar con atención las tendencias del mercado, decidió crear su propia empresa. Se llama Beijing Modern Marriage Counseling Service, también denominada como Hospital del Amor, y se dedica a romper relaciones adúlteras.

«Me di cuenta de que uno de cada tres matrimonios en China se rompen por una infidelidad. Los costes del proceso de divorcio son muy altos y a nivel emocional, los niños de familias rotas sufren mucho. Por eso, vi que en Shanghái habían surgido algunas empresas para romper las relaciones adultas y decidí crear la mía», explica a La Voz desde su oficina secreta en Pekín, que está camuflada en un complejo turístico de casas de té y tiendas de artesanía tradicional.

Además de pensar en el bien de las familias, Wang hizo números. «Las tarifas dependen de lo que se alargue el proceso. De media, cobramos 300 euros por cada hora de la misión, pero hay veces que se alargan un año y entonces pactamos un precio con los clientes», explica. Su empresa ya tiene sucursales en cuatro grandes ciudades chinas y en cada oficina atienden a diez clientes cada día; la mayoría son del género femenino.

«La mayoría son mujeres que quieren recuperar a su marido. Es una cuestión de desigualdad de género porque en la mayoría de los casos, el hombre es el sustento económico del hogar y el que tiene un mayor nivel educativo. Si se divorcia, la mujer perderá esa fuente económica», analiza Li Muzi, psicóloga con base en Pekín. «En China tener una amante todavía se considera un símbolo del poder social y también influye el rápido crecimiento de la clase media. Hay más dinero y más ganas de ostentar que lo tienen», explica.

En la empresa de Wang, cada oficina la forma un equipo compuesto por varios detectives, abogados y psicólogos. «La mayoría de las veces los adúlteros son los maridos. Normalmente, hacemos un seguimiento del adúltero y de la amante. Les hacemos fotos, apuntamos sus rutinas, sus amistades... Con todo eso, a veces creamos fotomontajes para convencer a la amante de que rompa la relación», narra muy serio.

«Otras veces, los abogados le explican al marido todo el dinero que perderá si se divorcia. Tendrá que pagar una compensación a su esposa, es posible que pierda su casa y además, tendrá que pagar dinero para la educación y la alimentación de sus hijos», continúa Wang, quien insiste en que todos sus métodos «entran dentro de la legalidad».

hospital del amor

Mientras nos atiende, una mujer de 43 años que prefiere mantener el anonimato llega a la oficina de Wang. Sospecha que su marido le es infiel y quiere contratar los servicios de este hospital del amor. «Creo que es mucho más joven y temo que me deje a mí», explica la mujer. Se acaba la entrevista. Wang y su equipo tienen una nueva misión para salvar un matrimonio en peligro.