Daniéle Nouy. Presidenta del MUS
Guardiana de la banca

MERCADOS

11 may 2015 . Actualizado a las 21:07 h.

Llegan los «empotrados» a las principales entidades financieras españolas cuya supervisión, desde hace seis meses, corresponde al Mecanismo Único de Supervisión (MUS), organismo que ha empezado a operar como tal hace apenas seis meses, y que tiene como cometido vigilar la operatividad de los 128 bancos europeos que forman parte de la zona euro, un paso previo a la unión bancaria europea.

Sin duda, el calendario se cumple a rajatabla y sin contemplaciones. Ese es el mandato que se la ha transmitido a la presidenta del MUS, la francesa Danièle Nouy, que desde el pasado noviembre se ha hecho cargo de la institución que está llamada a protagonizar la toma de decisiones monetarias de mayor trascendencia en el conjunto de la Unión Europea. A sus 65 años y con más de cuarenta de experiencia en el sector financiero, tanto de su país como en el ámbito internacional, Nouy está considerada una de las mujeres más poderosas del mundo junto a Janet Yelle (Reserva Federal de EE.UU.) o Christine Lagarde (FMI). Y deberá ejercer ese poder desde el sillón que ocupa en Fráncfort con Mario Draghi al frente del BCE.

Son, y así se han concebido, dos organismos que se complementan, pero sin duda el MUS dispondrá de la información al detalle de todos y cada uno de los movimientos que se produzcan en el sistema financiero europeo con el ánimo de garantizar su operatividad y evitar que en el futuro vuelvan a repetirse escenarios tan críticos en el sistema que a punto estuvieron de dinamitar la economía de la UE.

Daniéle Nouy no ha aceptado el cargo para confrontaciones. Con su dilatada trayectoria en el sector -formada en las más elitistas escuelas universitarias parisinas en Derecho Civil y Administrativo y Ciencias Políticas y Administración de empresas-, ha hecho oídos sordos a la circunstancia de que ostente un cargo de máximo nivel en un mundo de hombres. En distintas entrevistas mantenidas con medios especializados internacionales, esta madre de dos hijas casada con Jean Yves Nouy -un alto directivo de la mutua Sham que dejó el cargo cuando su mujer ejercía el control de entidades financieras y aseguradoras- siempre ha rechazado que su nombramiento al frente del MUS no es una cuestión de sexo ni de intereses políticos (el ministro francés de Finanzas pretendía la presidencia del Eurogrupo que finalmente ocupó el holandés Jeroen Dijsselbloem y al que aspira el español Luis de Guindos).

Dura, leal, directa y con escaso interés por el protagonismo son algunos detalles de su carácter que destacan quienes han trabajado con ella en sus distintas áreas de responsabilidad. Pero, sin duda, su currículo es intachable y repleto de profesionalidad. 24 años en el Banco de Francia dieron paso a otros compromisos dentro y fuera de su país. Supervisó las últimas pruebas de estrés a las que se sometieron los bancos europeos y promete ser indolente en el incumplimiento del mandato para el que fue designada. Los bancos tendrán que vérselas con ella en aquellas estrategias que tengan que ver con política de dividendos o fusiones transfronterizas.

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