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La Guardia Civil hace de escudo entre bateeiros y percebeiros en Cangas

Monica Torres
m. torres CANGAS / LA VOZ

SOMOS MAR

Cedido

Frustró el plan de 150 mejilloneros, que llegaron a cabo Home decididos a extraer cría

12 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuevo asalto en la cruzada que enfrenta a bateeiros y percebeiros. La Guardia Civil tuvo que desplegar ayer un amplio dispositivo en cabo Home para evitar que más de 150 bateeiros llegados de toda Galicia coincidieran con los 30 percebeiros de Cangas reunidos en Donón para evitar que nadie extrajera mejilla. Fueron cuatro tensas horas en los que finalmente, tras la mediación de la Guardia Civil y, además bajo su tutela, bajaron a las piedras seis bateeiros y otros tantos percebeiros aunque lo que apañaron no llegó ni a medio capacho.

Después de tres horas pudieron bajar 6 personas por sector, vigiladas en todo momento Fue la jornada más mediática que se recuerda, porque bateeiros y percebeiros se grabaron mutuamente con los móviles, y también la más blindada, dado que bajaron a las piedras varios agentes y dos guardacostas para evitar conflictos mayores. En algunos de esos vídeos subidos a las redes sociales se evidencia que, de no ser por la intervención de la Guardia Civil, el enfrentamiento podría haber tenido consecuencias fatales.

«Nós sabiamos que ían vir, así que, como xa dixemos e seguiremos mantendo, xuntámonos uns 30 para defender o noso. Nós non collemos mexilla e reclamamos que a Xunta declare a Costa da Vela como zona de especial protección do percebe, así que non podemos permitir que a leven», manifestó el patrón mayor de Cangas, Javier Costa. Confiesa que esperaban llegar a un acuerdo con la otra parte, «para que respecten a nosa zona como o fan os bateeiros das outras rías, pero os que veñen non o fan». Los percebeiros sostienen que cabo Home es la zona de trabajo de 50 familias durante siete meses y que por eso ni ellos sacan mejilla, para que luego se pegue el percebe.

Los bateeiros quisieron hacer valer la orden que les permite extraer mejilla en toda la costa de A Coruña y Pontevedra. Con esa intención salieron a primera hora de la mañana hacia cabo Home unos 150 bateeiros en medio centenar de coches que fueron parados por los gentes en la bajada a la playa de Barra. «Trátannos coma terroristas alá onde imos cando nos só vamos traballar, non tocamos o percebe só a mexilla para as bateas, un sector do que dependen miles de empregos. A Xunta ten que garantir dunha vez que poidamos traballar en condicións», explicó Carlos Chaves del otro lado de la pantalla de guardias de distintas especialidades que controlaron la situación durante toda la mañana. «Levamos 60 anos collendo cría nas rocas e nunca desapareceu o percebe», apuntaba otro bateeiro, convencido de que lo que pretenden los percebeiros es «coller eles a mexilla e vendérnola a nós».

Mar llama a «limar asperezas» entre 2 actividades legales que comparten zona de trabajo

El sector mejillonero no ocultó su decepción nada más colgar la videollamada en la que expusieron su problema los representantes de la Comisión do Mexillón con la directora xeral de Pesca, Mercedes Rodríguez, y el subdirector xeral de Gardacostas, Lino Sexto. Estos escucharon, sí, analizaron la situación, pero incidieron en la necesidad de trabajar en la línea de «limar as asperezas existentes na actualidade entre as partes e buscar un entendemento».

Esa insistencia en la línea del diálogo cuando hoy ha habido que desplegar agentes de distintas secciones de la Guardia Civil para la actitud desafiante de unos y otros no llegase a las manos, exaspera a los bateeiros, que están decididos a pedir amparo al Gobierno a través de su delegación en Galicia, por más que todavía les durase la indignación por que desde la institución no se les hubiese dejado ir a trabajar.

Desde Mar ayer apuntaron que se está «a facer un seguimento da situación e mantendo contacto permanente cos bateeiros e percebeiros co obxectivo de garantir o desenvolvemento normal da actividade destes dous grupos de profesionais». Porque, inciden, en que ambos tienen razón. Son «dúas actividades autorizadas que comparten zonas de traballo», así que la consellería apela «á convivencia pacífica e respecto mutuo para garantir o desenvolvemento e a sustentabilidade das dúas actividades».

Pero aunque la idea de Mar es «manter máis contactos cos dous sectores nos próximos días», los bateeiros dudan de un acercamiento y aventuran más conflicto.