El primer estudio paisajístico del concello recoge todos sus elementos protegidos y su riqueza: hórreos, cuevas, monumentos, iglesias y una red natural kilométrica para disfrutar

UXÍA CARRERA
uxia.carrera@lavoz.es

Los pequeños municipios de la provincia de Lugo pueden pasar desapercibidos en cuanto a su riqueza patrimonial. Así que ponerlos en valor también es uno de los objetivos del Plan Básico Municipal, una herramienta a la que se están acogiendo los concellos con menos de 5.000 habitantes. Entre otras ventajas, este plan incluye el primer estudio paisajístico al detalle de todo el territorio. Triacastela, uno de los primeros que aprobó la normativa, ha cuantificado su riqueza. En sus de 51 kilómetros cuadrados, el concello guarda más de 200 elementos protegidos por su importancia arqueológica, etnográfica o arquitectónica. Además, alberga dos BIC (Bien de Interés Cultural): la Cova Eirós y el Camino de Santiago, que ocupa unos 12 kilómetros.

De los 202 elementos patrimoniales de Triacastela, 147 fueron «descubiertos» en la redacción del Plan Básico Municipal. De hecho, ni el gobierno local era consciente de su necesaria protección. Especialmente en lo referido a los elementos arquitectónicos, que son 126. Por el territorio del concello lucense se expanden cientos de casas tradicionales que permiten reconocer construcciones y materiales de épocas antiguas. Entre ellas, se enumeran casas en el propio núcleo de Triacastela o algunas con elementos antiguos conservados como los alpendres, hornos o balcones de madera. Además, el municipio cuenta con 29 monumentos visitables, como, por ejemplo, la Capela de San Antonio, en A Balsa, la Igrexa do Monte, en Monte, o la Igrexa de Santalla de Alfoz.

La Iglesia de Santalla de Alfoz, en la parroquia de Santalla, es uno de los bienes arquitectónicos y monumentales protegidos, que cuenta con pinturas medievales
La Iglesia de Santalla de Alfoz, en la parroquia de Santalla, es uno de los bienes arquitectónicos y monumentales protegidos, que cuenta con pinturas medievales OSCAR CELA

Relacionado con estos elementos también se protegen aquellos considerados etnográficos, de los que también se puede disfrutar. Son 21 e incluyen hórreos como el de Fillobal, además de fuentes o molinos.

El hórreo de Fillobal es una muestra del patrimonio etnográfico de Triacastela. Se encuentra en el recorrido del Camino de Santiago
El hórreo de Fillobal es una muestra del patrimonio etnográfico de Triacastela. Se encuentra en el recorrido del Camino de Santiago ALBERTO LÓPEZ

A Cova Eirós es uno de los mayores tesoros de Triacastela, por eso es BIC, pero lo cierto es que por en municipio hay 35 yacimientos o zonas arqueológicas. Se dividen entre castros, mámoas o cuevas sin explorar, además de necrópolis medievales como las ubicadas en San Pedro do Ermo o en el propio núcleo urbano de Triacastela.

Aunque Cova Eirós es uno de los mayores tesoros de Triacastela, pero el municipio cuenta con cuevas repartidas por todo el territorio, aunque sin ser exploradas
Aunque Cova Eirós es uno de los mayores tesoros de Triacastela, pero el municipio cuenta con cuevas repartidas por todo el territorio, aunque sin ser exploradas ALBERTO LÓPEZ

Celebrar el Camino

La riqueza paisajística y patrimonial de Triacastela la convierte en una de las grandes villas del Camino Francés a pesar de su poca población, que a su vez es el otro Bien de Interés Cultural protegido en sus 12 kilómetros de recorrido. El propio Concello es consciente de ello, por lo que hace tres años que celebra la Festa do Peregrino, que tuvo lugar el fin de semana pasado. En esta celebración, Triacastela ofrece a los caminantes la artesanía y música tradicional del municipio, a la vez que anima a los negocios locales y a las asociaciones vinculadas con la ruta jacobea, que son muy numerosos. Por segundo año consecutivo, la celebración tuvo un gran éxito.