La tecnóloga que desconecta tocando el saxo: «No tengo mail en mi teléfono»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

SARRIA

XOAN CARLOS GIL

Cuando estudió Telecomunicaciones no había Internet. Hoy, dirige un centro en el que las empresas se rifan a sus alumnos, que consiguen su primer trabajo antes del máster

24 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las tardes de Rebeca Díaz (Sarria, 1974) se parecían a las de muchas otras madres. Esta catedrática de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo, centro que dirige desde el 2021, acompañaba a su hijo a las clases de música. Mientras el niño hacía sus pinitos, ella trabajaba en su ordenador. Díaz también dirige el laboratorio Information & Computing Lab del centro de Investigación AttlanTTic que estudia sobre la interconexión entre dispositivos, el análisis de datos y la inteligencia artificial.

Muchas tareas que ocupaban sus horas, mientras escuchaba de fondo el sonido de la banda escuela del Ateneo Musical de Bembrive. Hasta que un día decidió levantar la vista de la pantalla. Ella, que había estudiado piano en su infancia en Lugo, eligió hace cinco años el saxofón para retomar una afición que la ha llevado a formar parte de la banda de Bembrive. «Lo cogí con ganas y es una vía de escape para mí». Con el saxofón, Díaz desconecta de las obligaciones de un centro en el que no existe paro, y donde la inserción laboral de sus alumnos está prácticamente garantizada.

En la Escuela de Telecomunicaciones, el mundo laboral tiene otros códigos. Quienes buscan son las empresas y quienes eligen son los alumnos. «El 100 % de los estudiantes hacen prácticas en empresas en 3 º y 4 º curso, y muchos ya se quedan trabajando, compatibilizando el Fin de Grado con la vida laboral». Cuando Díaz llegó al Cuvi se celebraba la Expo de Sevilla, no había Internet y el correo electrónico era anecdótico. Hoy, el mundo tiembla por las capacidades de un programa capaz de emular aquello que hasta ahora había distinguido al hombre, el lenguaje.

Si todo pasa por las máquinas, a nadie puede sorprenderle que quienes saben desentrañarlas y crearlas se hayan convertido en profesionales de lo más valorados. «Acabamos de presentar un programa que financian las empresas. Ponen dinero para proyectos en la escuela para tener más visibilidad entre los alumnos. Las firmas compiten entre sí por captar a los estudiantes». La tecnología ya era una buena opción en los 90, «a los compañeros de mi época también les ha ido bien», asegura.

«No es que todos nuestros alumnos se hagan millonarios, pero tenemos estudiantes que han montado empresas y que ha conseguido mucha proyección como Optare Solutions, Quobis o 2MARES». Y lo dice quien confiesa que llegó a la carrera sin saber exactamente en qué consistía. «Me gustaban las matemáticas y la física, y quería algo aplicado». Ahora estos ingenieros están en todos los sectores.

¿Hay riesgo real en la IA?

Los propios responsables de empresas creadoras de herramientas de inteligencia artificial advierten estos días de los riesgos de la evolución de esta tecnología. Díaz considera que uno de los peligros es que el desarrollo va más rápido que la normativa, «pero esto no es distinto a cómo ha ocurrido en otras revoluciones previas», puntualiza. El problema vendrá, según esta ingeniera, «cuando la inteligencia artificial pueda cruzar distintas inteligencias artificiales, interrelacionar contextos diferentes. Pero algo transversal todavía no se ha hecho». Aunque advierte del riesgo que supone la opacidad de las corporaciones. «Sus resultados no los conocemos con antelación».

Hay otras amenazas acechando, como el sesgo que existe en el mundo tecnológico por el descenso de matriculación de mujeres en la escuela. Hoy, en las aulas de Telecomunicaciones en Vigo, las alumnas apenas llegan al 18 % de los estudiantes. «En el 2010 eran el 40 % y han ido bajando. Es necesario que haya una visión femenina para tener equipos mixtos, las empresas lo están demandando». En el centro hay 28 catedráticos hombres y 3 mulleres y esto genera sus problemas. El hecho de que se haya decidido que haya una mujer en cada tribunal de Fin de Grado y Fin de Máster está suponiendo una carga extra para las docentes de la escuela de Telecomunicaciones. «Ellas se quejan poco, pero ya he pedido que se reconozca esta labor, porque ser mujer en nuestra escuela supone una carga de trabajo adicional».

En un ámbito tan exigente, Díaz ha tomado la decisión de adueñarse de sus espacios personales. «Tengo una política que he adoptado hace años y que no todo el mundo entiende. El correo electrónico no lo tengo en el teléfono móvil, solo lo consulto en el ordenador». Una conquista personal con la que demuestra que no es la tecnología quien domina la sociedad, sino al revés. En esto como en todo, no conviene perder la perspectiva.

«Voyage, voyage», de Desireless. «Me encanta la música y me ha costado elegir un tema, pero he escogido esta canción porque siempre me ha gustado. Es un tema que me da alegría. La letra habla de viajar y de conocer sitios nuevos, es algo que también intento hacer siempre que puedo».