Personal de las dos citadas universidades asesorará para determinar qué acciones son merecedoras de recompensa y cómo se concretarán las ayudas, que irán en relación directamente proporcional a la calidad apreciada en la tarea. Las comunidades de montes llevan a cabo esas acciones de cuidado del terreno con fondos propios o con ayudas, pero siempre con supervisión de la Diputación, de la USC y de la UDC. Para sus actuaciones, dijo Reija, cuentan con un manual básico de gestión. Las comunidades que realizan trabajos por los que pueden aspirar a esas ayudas son las de Montouto (Abadín), A Balsa (Muras), Teniente e Xistral (Muras), Silán (Muras), O Cadramón (O Valadouro), Santo Tomé (O Valadouro), Frexulfe (O Valadouro), Vilacampa (O Valadouro), Laxamoura (Xove), Boimente (Viveiro) y Bravos (Ourol).
Incluso se aspira a que esa buenas prácticas ambientales sigan recibiendo recompensa económica cuando el plan haya terminado. Para ello, desveló Reija, se han mantenido reuniones con la Xunta con vistas a que esas acciones entren en programas de desarrollo rural. Mientras tanto, la impresión es favorable, pues hasta se aprecia, según Reija, que la recuperación de espacios avanza con más rapidez de la esperada.