Guitiriz y Begonte, afectados por una invasión de la procesionaria del pino

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

GUITIRIZ

El GES Terra Chá alertó sobre la plaga que causa alergias y daños en la madera

15 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) se ha instalado en A Terra Chá. El GES alertaba ayer sobre una plaga de esta especie de insecto, que afecta a la madera y provoca alergias y urticarias, en zonas de Guitiriz y de Begonte. Todavía está por determinar la extensión que se ha visto perjudicada, aunque en esta época del año es fácil de detectar. El parásito ha formado una especie de bolsones blancos, visibles en las copas de algunas coníferas, donde se desarrollan las larvas.

Cubiertas por pelos urticantes en su fase larvaria, que se desprenden y el aire arrastra con facilidad, la procesionaria del pino causa molestias a las personas. Los síntomas más habituales responden a los de la alergia, provocando picor e irritación en la piel o las vías respiratorias, son especialmente dañinas con los niños de corta edad. El daño de esta especie se produce sobre todo por contacto directo, por lo que tienen más riesgo las personas que vivan o trabajen cerca de plantaciones de pinos afectados.

La procesionaria del pino, conocida así popularmente por las filas indias que forman entre ellas en su fase de oruga para protegerse de los depredadores, también causa daños en la madera de su árbol residente. Deteriora su calidad e impide su crecimiento, llegando en casos extremos a secar por completo el pino en el que se alojan. Tras aparearse en verano, estos insectos dejan sus huevos (cada hembra puede poner entre los 150 y los 300) en los pinos. Cuando estos eclosionan empiezan a alimentarse de las agujas y arranca un nuevo ciclo de vida para estos insectos parasitarios.

Los servicios de emergencias de Guitiriz pasaron el aviso ayer tras el avistamiento de estos bolsones, aunque no les ha llegado ninguna orden para que actúen, esta especie puede combatirse mediante la utilización de trampas químicas. El medio más común para terminar con la procesionaria consiste en una especie de papel adhesivo que termina con las feromonas de los machos adultos, un proceso que reduce la reproducción de la especie.

Un buen momento para actuar

Los expertos aseguran que ahora es el momento del año ideal para terminar con este tipo de plagas, porque es cuando las orugas empiezan a abandonar los bolsones y descienden en busca de un lugar en el suelo en el que enterrarse y formar sus pupas o crisálidas para convertirse en mariposas. La metamorfosis no se completará hasta verano, cuando este parásito aprovecha el tiempo cálido para aparearse y volver a dejar sus huevos en las agujas de los pinos.

Cada hembra de este parásito es capaz de poner entre 150 y 300 huevos cada vez

Los bolsones que producen son visibles en las copas de algunas coníferas