Una pequeña bodega de Sober comienza a elaborar esta bebida con vino de mencía
17 oct 2022 . Actualizado a las 14:35 h.Corren tiempos difíciles para los cosecheros en la Ribeira Sacra. Poco a poco, las bodegas de pequeñas producciones procedentes de viñedos propios van dejando de ser el perfil mayoritario en esta denominación de origen. Algunos optaron por crecer en volumen para poder ajustar precios en un mercado cada vez más saturado. Otros compiten recortando la cantidad de vino que comercializan y vendiendo parte de la uva a la competencia. Amandi, como la aldea gala de Astérix, es el principal reducto del modelo que sustentó el arranque de la denominación. En esa subzona se ubica Viña Frieira, una de esas bodegas artesanales que encomiendan su supervivencia a la singularidad. Metida a diversificar su catálogo, se dispone a sacar al mercado un vermú de mencía.
«Aguantamos como podemos, pero seguimos co modelo antigo», dice Carlos Fernández, al frente de una bodega de cuya actividad hay constancia escrita desde finales del siglo XIX. «O meu tataravó xa testou nese ano a nosa adega e viñas en Soutochao e na zona de Amandi», explica. El modelo antiguo al que se refiere no solo tiene que ver con que el vino sea de pequeña producción y de uva cultivada en viñedos propios. Sus tintos tienen el cuerpo y también el grado definitorio de las laderas más pronunciadas del Sil, donde las cepas enraízan en la roca y dan pocos pero concentrados frutos.
Gracias a las características de esos viñedos, los tintos que elabora Carlos Fernández pueden alcanzar de forma natural los quince grados de alcohol habituales en los vermús. Esta bebida, consumida habitualmente como aperitivo, se elabora con vino aromatizado tras un período de maceración con diferentes hierbas que le imprimen su característico amargor. «Parte das plantas que empregamos proceden da zona», detalla el bodeguero acerca de su vermú, que comercializará con la etiqueta deMencía. El primer lote, elaborado con vino de la cosecha del 2001, saldrá al mercado a comienzos de año. Hay otra partida en ciernes con mencía de esta vendimia, a la que al autor no descarta darle un toque especial con alguna hierba característica de la ribera de Amandi.
El siguiente, con blanco
La elaboración corre a cargo del bodeguero y del enólogo que lo asesora con los vinos. «Fai falta ir probando, ter unha experiencia previa. A partir de aí é cando podes ir facendo cousas cada vez máis especiais», dice Carlos Fernández. Entre los planes que baraja a corto plazo está la elaboración de otro vermú con vino blanco de producción propia. «Hai —apunta— outros vermús de mencía pero este ten ademais a singularidade dos nosos viñedos de Amandi».
Lo habitual en los vinos de cosechero es que el propietario de la bodega compagine la viticultura con otra ocupación. Los escarpados viñedos de los que sale producción del vermú de A Frieira son de los que impactan a los viajeros que se asoman a la ribera de Amandi en el catamarán del Sil. En esa ruta turística trabaja precisamente Carlos Fernández. «Son viñas pegadas ao río —detalla—que dan grado alcohólico e moita mineralidade ao viño, pero cunha vendima complicada. Hai que sacar as uvas en barca porque os accesos son moi malos».
Fue un bodeguero de Chantada, Juan Luis Méndez, gerente de Vía Romana, el que presentó en el 2014 en el Fórum Gastronómico de A Coruña el primer vermú gallego de mencía, que fue bautizado como Nordesía y se incluía en el catálogo de bebidas de Atlantic Galician Spirits.
El proyecto de Carlos Fernández maduró, por su parte, en la sexta edición del último vivero de empresas que financió en Monforte la Consellería de Industria. «Nas pequenas adegas non temos máis saída que diversificar a produción e estar tamén moi atentos ao que demanda o mercado. O do vermú é moi atractivo e está en crecemento», dice el bodeguero.