Acudir al recinto sagrado para realizar una súplica ante la Virgen o para agradecer algún favor es una de las principales motivaciones. Las peticiones básicas suelen ser por «doenzas humanas, pero tamén vai xente encomendada para pedir polos nenos xa nados ou polos que van a nacer», destaca el historiador. Algo que confirma el testimonio de Julio Bao, que lleva 23 años acudiendo desde Lugo hasta Begonte andando «dende que pedín ter unha nena e naceu a miña filla», cuenta. El trayecto de ida, que le supone unas tres horas de recorrido, lo hace junto a su familia, y el de vuelta, también a pie, lo enfrenta solo. Una tradición que tuvo que frenar durante el 2020 a causa del covid, pero que recupera este año y que espera mantener «ata que morra».
Tradición familiar
En la actualidad, la caminata hasta la iglesia de Santa María de Saavedra es una costumbre que se mantiene no solo por motivos religiosos, ya que está «moi vinculada a cuestións puramente familiares e que ten moito arraigo en toda a comarca», afirma José Manuel Blanco. Es el caso de Javier Fernández, que desde que era pequeño se levantaba a las seis de la mañana para acompañar a su madre. «Siempre iba más por tradición familiar que por otro motivo», destaca el joven.