La Muralla, la Catedral y el mural de Julio César son los principales reclamos
16 abr 2022 . Actualizado a las 18:13 h.De Asturias, de Castilla y León, de otras localidades de Galicia, algún visitante extranjero... La Semana Santa ha llenado Lugo de turistas dispuestos a disfrutar de una ciudad a la que identifican por la Muralla y la Catedral, pero también por el mural de Julio César pintado por Diego As. La obra de arte urbano, galardonada como la mejor del mundo en el 2021, se ha colado entre los grandes atractivos de la ciudad y los turistas ya la traen anotada entre las paradas obligatorias.
«A xente ten moitas ganas de saír, percíbese, e o 80 ou 90 % dos visitantes que hai estes días na cidade son nacionais. Hai moita xente que se queda en casas de turismo rural próximas ou que se asenta na Mariña e móvese por toda a provincia», explica un comerciante de la Praza Pío XII, uno de los puntos más emblemáticos de las visitas a Lugo.
En esa percepción de que la mayoría de los que se aproximan a Lugo estos días son turistas españoles, y sobre todo del noroeste de la península, encajan José, Paloma y sus dos hijos. Ellos son de Salinas, en Avilés, y decidieron dedicar el sábado a conocer Lugo en familia. «Teníamos un día suelto y decidimos venir por la fama de la Muralla. En nuestro plan entra la Muralla, la Catedral y conocer el casco histórico, que es muy bonito», comparten. En su caso, la primera impresión es que la ciudad está bien trabajada a la hora de dar información al visitante, ya sea a través de paneles informativos o mapas.
Esa visita de un día es también el formato elegido por una familia del Bierzo. «Estuvimos en Lugo hace 25 años y teníamos muchas ganas de volver. La ciudad está preciosa, nos está gustando muchísimo. Veníamos con ganas de visitar la Muralla, ver la Catedral y también el grafiti, que ya nos dijeron que era el mejor del mundo», desvelan. En su caso, la proximidad a la ciudad amurallada, poco más de una hora, les permite hacer turismo de una sola jornada y reconocen que Galicia es de sus zonas preferidas. El año pasado fueron hasta A Coruña y esta Semana Santa toca la heredera de Lucus Augusti.
Aunque la mayoría de los turistas vienen por su cuenta, también hay una parte que lo hace animada por gente que ya conoce bien la ciudad e que incluso vive aquí. Es el caso de dos mujeres oriundas de Sudamérica a las que una conocida les ejercía de perfecta guía. Una de ellas vive en Oviedo y la otra llegó hace una semana de Colombia, y ambas coinciden en que «nos está gustando mucho», mientras se fotografían con la Catedral detrás.
Además de la parte histórica y la artística, el otro atractivo de Lugo, para muchos, sigue siendo la gastronomía. Una gastronomía a la que ahora, más que nunca, se accede con reserva previa para asegurarse el lugar deseado.
«La ciudad acoge bien a visitantes de todas las edades y no somos un destino caro»
Coinciden los hosteleros en que esta Semana Santa está siendo buena, o muy buena, para el sector. No todos se atreven a decir si como antes de la pandemia, pero todos reconocen que las ganas de recuperar la normalidad están llenando los establecimientos.
«Hai moito ambiente, pódese dicir que como antes da pandemia, así que está marchando bastante ben o negocio. Os visitantes que temos son case todos de turismo nacional», explican desde el Bar Antas, uno de los negocios clásicos del casco histórico.
A nivel gastronómico, en el Alberto 2.0 también hablan de una buena Semana Santa. «Hai moito turismo nacional; o venres, o sábado e o domingo enches, pero non se volveu aínda ao volume previo á pandemia. De feito, ata agora a melloría era pouca, pero confiamos en que estes días sexan un punto de inflexión», razona Alberto García, que alude además al otro factor determinante: el buen tiempo.
Parejas y familias, así como algún grupo puntual que en muchas ocasiones no pernocta en la ciudad, son la estampa dominante en las calles estos días. A nivel hotelero, por ejemplo, Héctor Castro, del Hotel Santiago, explica que Lugo es un destino que se amolda a todos los gustos y necesidades. «La ciudad acoge bien a visitantes de todas las edades. Por ejemplo, una pareja joven puede disfrutar de la zona de vinos tras hacer turismo; un matrimonio mayor puede encontrar interesantes las procesiones; está todo el patrimonio que tenemos... Y además, Lugo no es un destino caro», argumenta.
La buena noticia para el sector, es además que la Semana Santa suele medir bien la temperatura de cara al verano.
