Hasta que se demuestre lo contrario todo parece apuntar a que la hostelería es la culpable de todos los males que acontecen en Galicia.
En nada que aumentan unos cuantos casos del Covid, la hostelería es la culpable y sobre ella se descargan todas las maldades necesarias para hundirla, aun más si cabe, alegando eso sí las autoridades pertinentes, que lo lamentan mucho y lo comprenden pero es por el bien común. Yo también lo entiendo, y estoy a favor de que se tomen las medidas necesarias, pero no únicamente en una dirección como se viene haciendo.
No entiendo y me gustaría que alguien me lo explicase, por qué en partidos de baloncesto se permiten espectadores, aunque con un número limitado; otro tanto sucede en los de fútbol, en los conciertos en salones cerrados o en los cines, con las restricciones pertinentes, y no en la hostelería en donde la mayor parte de los hosteleros son los primeros en advertirte que no te acerques al mostrados, que no utilices las mesas selladas, que permanezcas sentado o que subas la mascarilla.
A partir del sábado en Viveiro, por ejemplo, cerrarán bares e incluso algún restaurante por la nueva ordenanza de la Xunta. Un par de hosteleros viveirenses me comentaban el otro día que esto supone la ruína total, ahora que comienza el verano y llegan los foráneos. Uno de ellos, con restaurante, me decía que cerraba durante los quince días marcados pues con solo dos mesas en el exterior, no le compensa abrir el comedor para unas cuantas comidas y mantener los empleados. El otro, con un bodegón en una calleja, sin lugar por tanto a la opción de instalar mesas en el exterior, confirmaba el cierre. Y todo ello por culpa de 25 vándalos que se reunieron en una fiesta privada, se contagiaron y hunden una parte del sector empresarial de la localidad. Pero los hosteleros son los culpables. Y por ello, se les castiga.