Flor de Malva

Emilio R. Pérez DESDE EL ALTO

LUGO

27 may 2021 . Actualizado a las 14:24 h.

Aquí en mi calle, Flor de Malva, hay un tráfico infernal. En horas punta ruge el alto como el alma pura y dura de un complejo siderúrgico en plena actividad. Será por eso que los cuatro pasos cebra que tenemos, cuando llueve no se ven apenas y la gente cuando cruza hace juegos malabares de cabeza. Normal; con tal panda de descerebrados al volante petardeando por ahí, no es de extrañar. Y si encima tardan en pintarlos… No hay que ser un lince para ver que la salida natural de Lugo hacia Coruña de este lado está por Santo Grial; la calle paralela que se interrumpe a pocos metros de la nacional. Si circula usted por ella observará que cuando casi ya está fuera, debe girar a la derecha e internarse nuevamente en la ciudad, bajar por Lavandeira, girar luego a la izquierda, recorrer toda mi calle y entroncar con la N-VI 300 metros más al norte tras girar en dos rotondas y engordar con ello aún más el tráfico rodado de la zona. Demencial. Hace unos años, en un programa interactivo por la radio, le pregunté al anterior alcalde a este respecto. Vino a decirme un tanto así como que en el PGOM ya figuraba, pero que no se preveía una salida a corto plazo. O sea, deduje yo, no lo verán mis ojos. Y es una pena. Significa que el Concello no interviene: aguarda a que urbanice el constructor, interpreté. Con la falta que hace darle un desahogo al tráfico rodado que genera nuestro parque empresarial… En fin, me hacía ilusión ver acabado ese proyecto. Asomado a mi ventana aquí en el alto, especulo con un próximo futuro y veo autos flotando a lo Blade Runner. ¿Ciencia ficción?... Me dice mi hijo que andan ya con eso empresas del sector.