La movilidad alternativa al coche deja de ser el rival más débil en la calzada

LUGO

Uso de patinetes eléctricos en la plaza San Marcos de Lugo
Uso de patinetes eléctricos en la plaza San Marcos de Lugo Óscar Cela

Empresas de alquiler de patinetes afloran en la ciudad en pleno debate sobre la reducción del tráfico rodado

04 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvar la distancia entre el campus universitario y el centro, entre el polígono de O Ceao y a Fonte dos Ranchos o entre Fontiñas y el puente viejo puede ser incómoda al volante y excesiva a pie, pero esos trayectos duran una media de cinco minutos en patinete eléctrico. En pleno debate en Lugo sobre la movilidad, proliferan las empresas que ofrecen alternativas al coche. Saben que dejará de ser el rey del espacio público y entonces habrán cubierto un nicho de negocio.

Los patinetes de la empresa Buny Ride comenzaron a ser ubicados en puntos estratégicos de la ciudad en marzo. Tras retirarlos durante el estado de alarma, esta semana han vuelto a aflorar en la calle de la Reina, en Frigsa o en la facultad de Humanidades. Así hasta una docena de puntos en los que se pueden recoger o anclar y que figuran en el mapa de una plataforma virtual.

Aplicación móvil

Basta con descargar una aplicación en el teléfono móvil para liberar uno de estos dispositivos. Mobilidade del Concello señala que la compañía se comprometió a emplear los anclajes para bicicletas dispuestos en la vía pública para evitar que los patinetes fueran amarrados a árboles o farolas. Así que es posible coger uno en la plaza San Marcos y soltarlo en la Avenida de A Coruña.

El precio se incrementa 0,15 euros por minuto a partir de los 30 segundos posteriores a obtener el código con el que abrir el candado. Un trayecto de siete minutos sale por casi un euro.

Diversificarse

«Dos 60 patinetes que hai de media na rúa, ao día móvense 20 ou 30», explica Marcos Longarela, encargado del taller Palacios, que primero se especializó en neumáticos y luego apostó por diversificarse al comprobar la demanda de vehículos eléctricos. Son los responsables del mantenimiento de Buny en Lugo, recogen los que tienen la batería gastada y colocan en su sitio otros cargados. También se ocupan a diario de volver a distribuirlos por la ciudad para que no se concentren en los mismos puntos y queden otros vacíos.

«As rutas que máis funcionaban antes do estado de alarma eran do centro á universidade e do centro á zona do río», señala Longarela, satisfecho con la acogida de esta opción de transporte.

Velocidad

La propia aplicación informa de las normas que rigen el uso de estos aparatos, de manejo sencillo: pueden transitar por carriles bici, calzadas en zonas limitadas a 30 km por hora y calles de plataforma única a una velocidad máxima de 10 km por hora. Además, los patinetes llevan incorporados un sistema de geolocalización que reduce su velocidad de manera automática a un máximo de 10 km por hora cuando detecta que circulan por el interior de la Muralla.

Marcos Longarela se muestra convencido de que su uso va a aumentar «moito máis» porque «hai moita xente preguntando por vehículos eléctricos».

Uso de patinetes eléctricos en A Ponte Vella, en Lugo
Uso de patinetes eléctricos en A Ponte Vella, en Lugo Óscar Cela

«É o método máis cómodo»

Hace un año que David López apostó por su modo de vida en bici como una vía de negocio. A escasos metros de la Catedral abrió un pequeño local de venta y alquiler de bicicletas y patinetes eléctricos. Para su sorpresa, muchos de los turistas que reclaman los servicios de Lucus Bikes se lanzan a descubrir distintos rincones de la ciudad que ni los propios lucenses se atreven si es a pedales.

«No momento en que te acostumas á bici, é o método máis cómodo», señala López, que se ha cronometrado y tarda 21 minutos en recorrer con un patinete eléctrico la distancia desde su casa en Ombreiro hasta la puerta de su negocio, dentro de la Muralla.

Sentirse seguro

A su juicio, resulta fundamental adoptar medidas que aporten seguridad a los ciudadanos favorables a este tipo de movilidad y entre ellas cita, por ejemplo, las vías limitadas a 30 km por hora. «Ves que hai máis pais que levan na bici aos seus fillos e iso é posible porque se senten seguros entre os coches», afirma.

Y en ese sentido, percibe una mayor conciencia sobre el uso compartido de la calzada en los turistas que contratan sus servicios y proceden de otros países. «Teño clientes de Portugal, xente maior que busca por internet e ven a tiro fixo. Queren percorrer a cidade nun día», explica.

A raíz de ese interés, López entró en contacto con una emprendedora lucense que ofrece visitas guiadas por la ciudad. Los patinetes eléctricos le permitían hacer grupos de cinco personas con los que recorrer distancias más grandes hasta el río Miño o el Rato, sin necesidad de limitarse a un paseo por el caso histórico.