El barrio de O Carme (VIII): El primo de Camilo José Cela. Un coruñés que ejerce de lucense

ramón m. cabarcos LUGO / LA VOZ

LUGO

CEDIDA

El arquitecto Jacobo Rodríguez cumplió el deseo municipal de contar con un plan que se pudiera llegar a aplicar

20 mar 2020 . Actualizado a las 08:51 h.

En el año 1955, continúa siendo habitual que la urbanización del suelo se haga por iniciativa particular. La topografía y el mercado deciden la expansión urbana y la división social del espacio interior. La ciudad muestra un crecimiento lineal con un eje aproximado N-S, con escasa edificación en lado suroeste pero ya abundante en el lado opuesto (puerta de la estación). Las primeras reglas urbanas apenas se usan como alineaciones de calles y limitaciones de altura.

El plan del Arquitecto Jefe del I.N.V. no supuso ningún cambio porque no se supo o no se pudo aplicar. La administración local necesita directrices menos «innovadoras» y más adaptadas la realidad local. Olvida el POU de 1953 y encarga directamente un nuevo documento a un joven arquitecto, de influyente familia coruñesa. Este es hijo de arquitecto y melómano, y compartiera infancia y juventud con su primo hermano, el futuro nobel, Camilo José Cela.

Un hecho que evidencia la falta de entendimiento habida con el Arquitecto Jefe del Instituto Nacional de la Vivienda es que la prensa local del año 1957 publica que «advirtamos, para tranquilidad de todos, que el señor Rodríguez Losada ha actuado como si de un lugués enraizado en plena Plaza del Campo, se tratara. Nada de cirugía ni de equipos de demolición» o que este documento consta de «ideas generales, sin detalles innecesarios, sobre las que se asentará en un futuro no muy lejano el Lugo que todos soñamos, desde aquí pedimos a la Corporación Municipal y a los vecinos, comprensión, buenos deseos y altura de miras ante el trabajo del señor Rodríguez Losada». El plano topográfico empleado por el arquitecto Jacobo Rodríguez se ajusta fielmente a la realidad física. El barrio del Carmen es representado con más fidelidad que el contemporáneo parcelamiento catastral y la zonificación y el viario proyectado se superponen, con menos traumas, a lo existente. El redactor cumple los deseos de la corporación municipal de hacer un documento “doméstico” y aplicable por esta.

El plan divide la ciudad en 3 zonas: ciudad intramuros, ciudad fuera de murallas y ciudad para su extensión. La primera y central cuenta con las alturas proporcionalmente mayores (evitando los «fuera de ordenación), la ciudad fuera de murallas cuenta con alturas amoldadas a las existentes “en evitación de mayores perjuicios” y la ciudad para su extensión tiene las alturas proporcionalmente menores (limitadas por la anchura de la vía). Proponía las mayores alturas en su centro urbano y las menores (de modo decreciente) hacia la periferia.

El suelo residencial se clasifica en 4 modalidades: viales, espacios verdes, de edificación pública y de edificación privada. Los viales y espacios verdes «en general» no son construibles (salvo efímeras o pequeña entidad), la edificación pública lo es según necesidades de cada caso, y la edificación privada está ahora condicionada a la existencia previa de alineación, rasante, parcelación, urbanización y servicios previos.

El barrio del Carmen se zonifica en tres bandas, más o menos, paralelas a la Muralla. Una primera, más cercana, de edificación intensiva (entre medianeras), la segunda, del doble de anchura, de edificación semiintensiva (patio de manzana para jardín público) y la tercera, hasta el límite de suelo urbano, de edificación extensiva (chalet unifamiliar con jardín). Con una altura de pisos de 3 metros, resultaba una limitación de tres plantas hasta el fondo de la calle del Carmen. La edificación consolidada de la parte alta del barrio, de este modo, se conserva. Curiosamente, las directrices de volumen son las contrarias al plan de 1953, o sea, decrecientes al alejarse del centro. El documento identifica lo que será la Segunda Ronda (una conocida idea previa del MOPU, que el POU de 1953 ya incorporaba) donde se disponen resueltos los encuentros con las otras vías. Esta segunda figura de planeamiento general de la ciudad tiene por objetivo acabar con la libre urbanización. Resulta una intervención mucho más práctica y sencilla que la de 1953 y es posible su aplicación. Pero esta se hace con tanta tolerancia que acaba limitando cualquier eficacia. Tuvo una vigencia de solo nueve años, siendo sustituido por uno más ambicioso e intervencionista en el año 1969.

Elaboró un documento que recogía alturas decrecientes hacia la periferia urbana

La ciudad tuvo un proyecto de segunda ronda, que confluiría con otras vías

El barrio de O Carme se dividió en tres zonas, casi paralelas a la muralla romana

La normativa ubanística elaborada en 1960 solo tuvo nueve años de vigencia