No lo voy a negar a estas alturas, soy del Sporting, allí me crie y me formé. Tuve el privilegio de pertenecer a la admirada Escuela de Fútbol de Mareo, también de pisar muchas veces El Molinón, ahora apellidado Enrique Castro Quini. Ese monumental estadio, coqueto y colorido, al que algunos lo comparan con el Anfield del Liverpool. Tampoco voy a negar que soy del Lugo. Aquí llegué de Gijón el 25 de agosto de 1988 para jugar al fútbol y aquí me quedé. Son mis dos equipos. Cuando llegué ese día, no imaginaba que algunos años después se iban a enfrentar en la misma categoría, y ya van unas cuantas veces. Eso dice mucho «do noso Luguiño». Cada uno mira por lo suyo pero los dos se jugaban mucho ayer, el presupuesto y la historia decantan los objetivos de cada uno. Yo puestos a decidir, quiero a un Sporting en primera cuanto antes, pero que el CD Lugo conserve la categoría, me parece indiscutiblemente más importante. Después de lo de hoy, hay más opciones de conservar la categoría, lo cual me alegra.
El Lugo salió con un planteamiento de guardar su portería. Acumuló futbolistas y tanto acumuló que se quedaron todos juntos en una primera parte con poco brillo ofensivo y con excesivos minutos en su campo y lo que es más peligroso, en su área. Defender con muchos no es sinónimo de defender bien y al final, el equipo se defendió como pudo. Lo que no dice mucho de su organización prevista. Dejar pasar los minutos sin que pase nada, es una estrategia, a veces peligrosa. Con el paso de los minutos, la cosa fue mejorando. Y mejoró porque el equipo no sufrió tanto y pudo pisar no solo campo adversario si no área contraria. Ayudó lo suyo la entrada de Carlos Pita, una gran noticia su vuelta. Dio rigor y continuidad en el juego ofensivo lo cual refrescó a los defensas e inquietó al Sporting.
Como esto ni es boxeo, a los puntos ganaría el Sporting, ni es de ocasiones desperdiciadas, a esto ganaría el Lugo con Barreiro y Josete como protagonistas en las postrimerías, pues la cosa se quedó en empate. Empate que agrada y que anima.
Nada está hecho por el momento, pero las cosas se ven mejor por Lugo que hace dos semanas.