«Neste traballo gústame todo»

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Lorena Rey, joven con diversidad funcional que trabaja en la ITV de Vilalba, afirma que se siente plenamente incorporada en la empresa que supervisa el estado de los vehículos

29 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lorena Rey mueve la máquina limpiadora por la nave de la ITV de Vilalba mientras entran y salen coches cuyo estado supervisan algunos de los restantes empleados. Nada hay de extraño en su trabajo, en el que dice estar integrada y del que solo se le escuchan comentarios favorables. Lleva en esta tarea desde la primavera, cuando fue seleccionada de las tres que llegaron para una fase de prácticas de formación.

Su caso tiene algo de peculiar, ya que por las mañanas acude al centro ocupacional, al que asisten otras personas ?de Vilalba, como ella, y de municipios cercanos? que tienen diversidad funcional. En su vida diaria hay dos partes: en los talleres del citado centro pasa cuatro horas, de diez de la mañana a dos de la tarde; y en la sede de la ITV, tras una pausa de una hora para comer, está de tres a siete de la tarde.

En las instalaciones de la inspección técnica ?situadas en el polígono de Sete Pontes, a pocos centenares de metros del centro ocupacional del que es usuaria? limpia, barre, vacía papeleras o retira los carteles que se colocan en los coches con la hora asignada para pasar la revisión. ¿Está contenta con esta experiencia? Parece que no hay duda: «Estou, si», afirma. ¿Hay algo que le guste más que el resto? «Gústame todo», dice.

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¿Se lleva bien con los compañeros? También aquí hay una respuesta afirmativa. «E con David, tamén», añade. David es David Moreiro, director de la ITV de la capital chairega. Con los clientes, agrega, tampoco ha habido problema alguno hasta ahora. En el centro ocupacional, en donde trabaja en los talleres de serigrafía y de carpintería, su caso es visto con satisfacción, aunque a ella se sentiría satisfecha si se sumase algún compañero. «Gustar, gustaríame; pero xa non depende de min», dice.

Ningún cliente ha puesto cara rara por verla en su puesto de trabajo. Sí admite que con sus horarios, repetidos de lunes a viernes, al final del día hay un cierto cansancio. «Algo, si. Pero pásalles a todos; supoño que a ti, tamén», explica. Los fines de semana, pues, son un contrapunto de descanso: suele ayudar en algunas tareas de casa, pero también pasea y dedica algo de tiempo a algún tiempo a juegos en el ordenador. Se trata de una forma de vida que Lorena Rey, de 31 años, quisiera ver prolongada bastante tiempo, pues en todo momento dice que la experiencia le resulta satisfactoria y que de todo el mundo recibe un trato totalmente agradable.

Con los meses pasados desde que llegó, la adaptación parece más que lograda, si bien destaca que no tuvo dificultad en alcanzar el ritmo necesario: «Foi doado, pouco a pouco», explica. Así las cosas, no hace falta plantearse la posibilidad de conseguir otro trabajo: «Gústame este», afirma.