El Breogán mejora en defensa pero sigue a la espera de un base

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Baloncesto La lesión de Ricardo Uriz dejó al equipo sin un director de juego puro que pueda marcar el ritmo que precisa en cada momento de los partidos

07 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El principal problema con el que comenzó la liga el Cafés Candelas Breogán, sumado a la grave racha de lesiones, fue la falta de contundencia defensiva, lo que le impidió ser competitivo hasta el momento en los partidos que disputó a domicilio.

Las estadísticas de las primeras entregas del campeonato reflejaban que el cuadro breoganista encajaba una media superior a los 90 puntos, lo que le obligaba a rendir casi a la perfección en ataque.

El preparador breoganista, Natxo Lezkano, era el primero en ser consciente de este problema, al que consiguió poner remedio en las últimas entregas de l campeonato regular. El equipo encaja ahora menos puntos, lo que le ha llevado a reducir la media de puntos encajados a 80,7 por partido, superando ya a varios rivales como Gran Canaria, Zaragoza, Fuenlabrada, Andorra, Burgos y Unicaja y aproximándose a las cifras de otros equipos que le superan en la tabla.

El siguiente aspecto que precisa solucionar cuanto antes el cuadro lucense es encontrar un director de juego, algo que no ha conseguido desde que comenzó la competición y que le está pasando factura.

El equipo no cuenta en la actualidad con un jugador que pueda considerarse como un base puro. El que más se aproxima a las condiciones de un director de juego puro es Cvetkovic, que es el más está actuando en esta posición, pero que no consigue la continuidad necesaria para llevar el timón del equipo, a pesar de que es el único jugador que salió siempre en el quintero inicial esta temporada. La otra opción es Chistian Díaz, al que Lezcano le está dando minutos, pero tampoco es un uno puro y no cuenta con experiencia en llevar el mando de las operaciones en un equipo ACB.

La carencia de un director de juego hace que Lezkano se vea obligado a utilizar a escoltas como Redivo, Kinsey _ahora también en el dique seco por lesión_ o Sergi Vidal a dirigir al equipo, bien sea en solitario o repartiéndose la responsabilidad entre ellos en momentos puntuales de los partidos.

Situación de emergencia

Esta situación de emergencia se debe esencialmente al inconveniente de la lesión del único base específico de la plantilla, Ricardo Uriz, un jugador al que le sobran cualidades y experiencia como para asumir el rol de llevar la batuta de un conjunto ACB, pero que todavía no se ha podido estrenar en la categoría.

Aficionados y responsables del club descuentan con impaciencia los días que le faltan a Uriz para regresar a las canchas, al mismo tiempo que son conscientes de que su esperado retorno solo se producirá cuando esté en plenas condiciones físicas. Forzar su reaparición podría agravar sus molestias, algo a lo que no se arriesgarán ni club ni jugador.

La vuelta de Uriz se calcula para dentro de un mes y mientras no se produce sus compañeros tendrán que multiplicarse para asumir la dirección del equipo en unos partidos en los que el Breo precisa reaccionar para alejarse lo máximo posible de la zona peligrosa de la tabla.