Parece que al fin en Europa comienzan a darse cuenta que los cambios de horarios con la llegada de la primavera y del otoño, no solo no permitían un ahorro energético sino que causaban problemas psicológicos en los ciudadanos de la Unión con alteraciones en el sueño, en el estómago por el cambio en los horarios de las comidas o incluso en el humor. Ahora, el comité de la Unión Europea ha planteado un horario único durante todo el año, que tendrá que ser refrendado, lógicamente, por los países miembros pero a lo que parece, la propuesta va en serio.
Cabe ahora sin embargo preguntarse qué horario se escogerá, si el de invierno o el de verano, para adoptarlo definitivamente y si todos los países de la UE tendrán el mismo horario, pues hay que tener en cuenta que las horas de luz solar son menores cuanto más al este se vaya, y son
más prolongadas hacia el oeste, como es el caso de España.
En vista de que la cosa va en serio, también en serio se debería tomar el gobierno español acondicionar los horarios a la realidad y en este caso, situando a Galicia con una hora menos que el resto de la España peninsular, como le corresponde por su situación más próxima al meridiano de las Azores. Si Portugal tiene una hora menos, y otro tanto sucede con las islas Canarias, situadas en el mismo meridiano y con una hora menos, lo lógico sería que aquí se unificase también el horario con el de Portugal.
Sería por lo tanto deseable que el gobierno de España normalizase estas diferencias pero va a ser que no porque estos gobernantes, y los de antes, no entienden que se puede ser español con diferente horario. Veremos.