El chef del Paprika planea dejarlo y abrir en el barrio «hipster» de Nueva York

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LOPEZ

Villasante estudia incorporar un socio a su restaurante de Lugo o incluso venderlo

25 nov 2016 . Actualizado a las 10:29 h.

El chef lucense Álvaro Villasante, responsable del restaurante Paprika, de la rúa das Nóreas, valora el ofrecimiento de establecerse en Nueva York que le hizo del dueño de una cadena de restaurantes ubicados en diversas ciudades de Estados Unidos. Se trata de un empresario de origen lucense, concretamente de la zona sur de la provincia, que se interesó por el trabajo del cocinero y hostelero lucense. Es el barrio «hipster» de Williamsburg en Brooklyn el que tienta al lugués.

Villasante confirmó ayer el ofrecimiento que, según dijo, se produjo en el marco del Galicia Cinema Food Festival que se celebró en Manhattan el pasado mes de junio cuando en Lugo se estaba celebrando el Arde Lucus. Los dos empresarios coincidieron en las proyecciones, aunque el afincado en los Estados Unidos ya había pasado en varias ocasiones del Paprika.

«É unha proposta que estou a valorar sen presa porque me sinto feliz no Paprika, que segue a ser un diamante en bruto», indicó ayer Villasante. En los últimos días circularon versiones de que ya había vendido el restaurante de la rúa das Nóreas, extremo que desmintió. «Escoito ofertas», recordó el chef lucense.

El empresario que lo animó a emprender nuevos proyectos posee locales en Washington, Miami, Chicago y Nueva York por lo que conoce las posibilidades que tienen los negocios de restauración en territorio americano. En cualquier caso, Villasante prefiere estudiar los pros y contras porque reconoce que la ciudad de los rascacielos es un territorio en el que tiene que competir con restauradores de todo el mundo.

Por ahora el chef lucense valora un par de opciones con respecto al Paprika. Una de ellas es buscar un socio inversor que se hiciera cargo del establecimiento y seguir él vinculado al mismo. Asegura que en la actualidad no plantearía grandes dificultes el estar pendiente de cuestiones relacionadas con la cocina utilizando las nuevas tecnologías. En este sentido advierte que una cámara u otro dispositivo de imagen permiten estar literalmente en la cocina cuando fuese necesario. Además, asegura que las posibilidad de hacer desplazamientos periódicos no es una cuestión que le preocupa porque le gusta viajar.

Dejar del Paprika es otra alternativa. En este sentido dice que está dispuesto a escuchar ofertas e insiste que el establecimiento es una perita en dulce. En este sentido indica que, si continúa al frente del mismo, podría llevar a cabo unos cambios que pasarían por eliminar el local destinado a la barra que hay a la entrada para convertirlo en un recibidor. La clientela de esta parte del negocio pasaría a ser atendida en otro local que funcionaría en la misma zona bajo su dirección.

Prescindir de la actual barra daría más amplitud al restaurante y lo situaría en posición de conseguir algún galardón de carácter internacional.

«Non teño présa»

«Polo de agora seguimos no Paprika, que se atopa no mellor momento e no que continuamos tendo a máxima de ofrecer o mellor día a día. Daríame pena deixar o establecemento porque ten moitas posibilidades pero, evidentemente, escoito ofertas pero non me quero meter presa», expresó el chef lucense que presenta en su carta platos de vanguardia preparados con productos gallego. Los críticos aseguran que la clave de su cocina no está únicamente en la presentación sino que se debe a la materia prima que utiliza en los fogones de su establecimiento de la rúa das Nóreas.

Un empresario con varios establecimientos en EE UU le propone dar el salto

El hostelero asegura que escucharía ofertas por su restaurante lucense

Calidad

Nadie duda de que Lugo tiene excelentes cocineros y también una buena despensa de productos que han de ser aprovechados. La fama de la cocina luguesa es merecida, si bien otras ciudades están pisando muy fuerte. Por lo tanto, la hostelería de Lugo no ha de quedarse anclada. Necesita innovar y aunque hay público para todo ya hay una amplio sector de población que quiere algo más que los ricos callos y la deliciosa carne asada.

El restaurador pasó dos años en Miami con Sergi Arola y ahora pertenece al Grupo Nove

Álvaro Villasante (Palas, 1978) está vinculado a la hostelería desde muy joven. Si ahora se decide por cambiar los aires lucenses por los americanos, sería la segunda vez que se va al otro continente ya que pasó dos años en los fogones de La Broche, en Miami, con Sergi Arola y Ángel Palacios. Estuvo también en el Valle de Arán en el Eth Taro y en otros establecimientos de Barcelona.

Hace nueve años optó por lanzarse en solitario y fundó el Paprica en el que actualmente trabajan media docena de personas. Forma parte del Grupo Nove Cociñeiros que agrupa a prestigiosos chefs de la comunidad que reclaman la modernidad y al mismo tiempo la preponderancia de la cocina gallega. Su establecimiento cuenta con una distinción de calidad turística.

Defina su cocina como «equilibrada, entre creatividade e tradición e tamén cambiante porque trato de adaptala aos produtos de temporada para aproveitando as súas bondades e tamén o seu prezo».