La ciudad que no llega a inteligente

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

La «smart city» que viene podrá cubrir las múltiples carencias que hay ahora

04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucho le queda a Lugo para ser la ciudad inteligente, o smart city, podio al que espera subir dentro de dos años después de una inversión de 4,1 millones que acaba de conseguir. El Concello aprueba en servicios ofrecidos a través de la red, pero se queda muy lejos en otros que son ya pan comido en otras ciudades con un nivel similar al de la ciudad amurallada.

A continuación se hace referencia a alguna de las graves deficiencias que tiene la capital y que, parece, están lejos de solventarse.

paradas de autobús

No se sabe cuándo pasa. Algo que llama poderosamente la atención es que fueron invertidos 400.000 euros en colocar paneles electrónicos para saber cuándo llega el bus y resulta que apenas funcionaron una semana. Es insólito que se instalaran más de une veintena de ellos en diversos puntos de la ciudad en la primavera de 2011 y actualmente muchos de ellos ni tan siquiera encienden. ¿E logo, cando virá o bus?, es la pregunta «trénding», en las paradas de la ciudad. La empresa adjudicataria del servicio y el Concello pusieron múltiples disculpas. El PP hizo multitud de quejas al respecto, pero para los usuarios lo único que tiene utilidad es preguntar a quien esté esperando. Eso de «debería vir ás menos vinte» o lo de «o das Gándaras xa lle pasou» es la información más inteligente que se puede conseguir en las paradas.

bicicletas

No quedó ni una. Mientras numerosos municipios españoles ofrecen al vecindario alquiler de bicis eléctricas; en Lugo, ni de esas, ni las de pedal de toda la vida. No quedó una. Del momento histórico en el que en la ciudad se podían utilizar las que había disponibles en varios puntos, solo quedan en algunos lugares los puntos de anclaje. La bici es el vehículo denostado en la ciudad desde que se fue el que fuera alcalde Joaquín García Díez, creador de los pocos kilómetros de carril bici que hay en la capital. El que quiera pedalear ha de hacerlo sorteando a los coches.

buses eléctricos

Cero. El transporte urbano de Lugo nunca se ha situado a la vanguardia de lo que ya es exigible en muchas ciudades europeas: el cuidado del medio ambiente. No hay buses eléctricos, ni de gas, ni de biodiésel. Vamos, que hasta no hace mucho, había un par de viejos autocares del servicio urbano que echaban por sus tubos de escape una humareda casi como la que dejó el Urquiola cuando reventó en la bahía coruñesa.

wifi

Escasa. La wifi en las calles de Lugo es escasa y, cuando funciona, se limita únicamente al centro. Los demás ciudadanos están condenados a no disponer de este servicio. Empezó en San Marcos porque la puso la Diputación. Después este organismo y el Concello firmaron convenios para llevarla a la praza Maior, el Campo Castelo y la praza Ángel Fernández Gómez. La institución municipal anuncia también en su web que la ofrece en varias dependencias municipales. Queda mucho camino por recorrer en este campo, sobre todo pensando en que, ciudades de menor volumen que la de Lugo tienen conexión, y además muy bien señalizada, en todos los jardines públicos.

Aplicaciones

Pocas. En dos años podrá llegar la aplicación para saber dónde hay sitio para aparcar. Esta es una de las ventajas que traerá la smart city. Las hay del Arde Lucus y de turismo y restaurantes, entre otras, pero no está disponible alguna relativa al transporte público. Hay municipios que incluso ponen a disposición de la ciudadanía un buzón móvil que permite enviar desde el teléfono quejas con foto y lugar de ubicación para una solución o tramitación más rápida.

ILUMINACIÓN Y RIEGO

Suspenso. En materia de eficiencia energética y control del riego, el Concello de Lugo suspende. Hay planes para llevar a cabo estudios en varios centros, pero en materia de alumbrado público faltan bombillas led. En materia de riego, apenas hay jardines que tengan su césped en las debidas condiciones.