El pívot que oxigenaba a los «jimmies»

Juan Alonso LUGO / LA VOZ

LUGO

Tomás Jiménez fue el cinco del Breogán que ascendió en 1984

21 may 2015 . Actualizado a las 19:02 h.

Afincado en la actualidad en Monforte, Tomás Jimenez fue jugador del Breogán desde 1982 hasta 1985. Durante ese periplo, fue protagonista de un ascenso a la élite y permaneció una temporada en la Liga ACB. El recuerdo que le genera la campaña del ascenso (1983-1984) es «muy agradable». «Hace mucho tiempo de aquello», rememora. «Supuso la vuelta a la máxima categoría después de la época de los años setenta. Volvimos a un lugar de honor, fue un hito para la ciudad y para el baloncesto», expone.

En una temporada en la que aún eran válidos los empates, el Breogán se convirtió en una de las sensaciones agradables de la competición. Se codeó en la zona alta de la tabla en lucha con equipos como el Español de Barcelona o el Atlético de Madrid. «Ascendimos a falta de tres jornadas para el final de la Liga. Recuerdo que el último partido fue en Lugo ante el Atlético de Madrid. Nos jugábamos el primer puesto y perdimos. Ellos, a aquellas alturas, estaban todavía más enganchados, porque habían ascendido la semana anterior. Nosotros estábamos mucho más relajados. Nos lo tomamos con más calma, porque ya éramos de ACB», recuerda Jiménez. El invento del play off no se había instalado en la categoría de plata por aquel entonces.

Después de plasmar el éxito en la pista, llegó el momento de desatar las celebraciones. «Fue una auténtica fiesta. Recuerdo que nuestro preparador físico, Torrado «el Brujo», había traído unos burros. Los metimos en el pabellón y dimos unas vueltas en ellos, también alrededor de la muralla. Fue muy gracioso. La pena fue perder aquel último partido, pero era algo anecdótico" recalca Jiménez. El fallecido Juanfra Garrido, que la siguiente campaña recalaría en el Breogán, era el referente del conjunto colchonero.

Unos meses después del hito, Tomás Jiménez tuvo la oportunidad de participar en la ACB. Se convirtió en el pívot suplente de los legendarios Jimmy Allen y Jimmy Wright, aún recordados por los aficionados más veteranos del club celeste. Sobre los dos estadounidenses, el de Tomelloso explica que «eran muy buenos. Wright hablaba muy bien el español, se comunicaba más. Allen tenía más problemas con el idioma, era algo más introvertido, más tímido. Pero era una gozada compartir vestuario y pista con ellos", recalca el antiguo jugador breoganista.

La lesión de Jimmy Allen, una hernia discal, obligó a los lucenses a realizar una modificación en la plantilla. Sam Pellon se incorporó al equipo para disputar la segunda mitad del curso, en la que el Breogán selló su clasificación para la Copa Korac.

Jiménez sigue al Breogán desde la distancia cada temporada. «De los últimos partidos, he visto uno contra Palencia en casa y otro contra Valladolid, además de seguir los partidos de Pucela por Internet. Espero poder ir a Ourense este fin de semana, ya que también jugué en el equipo de la ciudad de As Burgas y tengo ganas de ver el espectáculo que pueden ofrecer los dos conjuntos», comenta. 

En cuanto a cómo ve la eliminatoria, el ex jugador,que ejerce de abogado en Monforte en la actualidad, da su opinión: «No creo que el factor cancha sea decisivo. En la temporada regular, Ourense ganó en Lugo y viceversa». Pero Jiménez tiene claras sus preferencias: «A pesar de haber jugado en los dos equipos, me haría mucha ilusión que ascendiera el Breogán. La ciudad y el equipo se lo merecen». 31 años después del penúltimo ascenso sobre la pista (el de 1988 fue administrativo), el ex pívot mantiene encendida la llama de la esperanza.