Los Reyes vivieron un baño de multitudes

lugo / la voz

CDLUGO

archivo tomas notario vacas

05 jun 2014 . Actualizado a las 07:01 h.

La visita que realizaron los Reyes el 28 de julio de 1976 puso de manifiesto el «fervor patriótico» de Lugo. Las crónicas de la época relatan cómo «las plazas y calles se poblaron de personas que esperaban ansiosas la llegada de los soberanos» en la que fue su primera visita oficial a la ciudad amurallada, y comparan «los actos de adhesión» de ese día con los vividos en visitas de anteriores monarcas, como Isabel II y Alfonso XIII. Vítores y aplausos recibieron a Juan Carlos y a Sofía en la Praza de Santo Domingo. «El Lugo de intramuros se había convertido en un corazón que latía unánime en la esperanza de poder ver a los Reyes, y conociendo su sencillez, poder estrechar su mano a su paso por las calles», señala el boletín editado por la Diputación aquellos días.

Desde el balcón de la casa consistorial, el Rey aseguró a los lucenses que se convertiría en su «permanente abogado» porque «juntos y unidos podremos hacerlo todo». Su discurso fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de la multitud, y terminó «entre una gran ovación y vivas a los soberanos». Acto seguido, la pareja se desplazó a la Catedral, donde contempló el Santísimo Sacramento. Y de allí partió a la Porta de San Fernando, donde el alcalde Tomás Notario pronunció unas palabras ante el monolito que conmemora el bimilenario de la ciudad.