La próxima polémica, cómo bautizar a la criatura

G.G.Ubierna LUGO/LA VOZ.

LUGO

25 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Quien estaba al frente del Ministerio de Fomento el día en el que, por fin, se supo cómo sería el nuevo puente sobre el Miño de Lugo, la ex ministra Magdalena Álvarez, propuso que se le diera un «nombre de mujer lucense».

En aquella época, primavera del 2009, Álvarez tenía la costumbre de dar un toque femenino a las obras de Fomento poniéndoles nombres de mujer. Ocurrió, por ejemplo, en la estación de trenes de Burgos que, por deseo expreso de la ministra, recibió el nombre de la ex directora de Tráfico burgalesa Rosa de Lima, aunque muchos ciudadanos no terminan de entender el porqué.

A la ansiada infraestructura lucense todo el mundo la conoce como «el nuevo puente» cuando, en realidad, ese nombre ya se le da al viaducto de la carretera de Santiago. Así que surge la pregunta: ¿Cómo llamar el puente del futuro?

El alcalde, José López Orozco, afirmó ayer que es cierto que Álvarez hizo esa propuesta, pero dijo que, de momento, no hay nada oficial y subrayó que ahora la prioridad es acabar la obra y luego, ya se verá cómo llamarla.

El popular Jaime Castiñeira, en cambio, consideró que se podría tener en cuenta la historia del lugar en el que estará y llamarlo Ponte da Tolda. «Las personas de 70 u 80 años aún cuentan historias sobre el paseo de A Tolda, que iba desde el balneario hasta Casa Paco y Casa María».

Algo similar piensan los nacionalistas quienes, a pesar de ser contrarios a dar nombres a la obra pública, plantearon la posibilidad de darle un nombre relacionado con el entorno. Así, plantearon como primera opción Ponte do Muíño.

La federación vecinal tratará el tema en la próxima asamblea y, mientras tanto, seguirá siendo el puente en obras.