El número de Compostelas se triplicó en el 2010 respecto al 2004, pero las pernoctaciones en hoteles y albergues privados no experimentaron un incremento
22 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El pasado domingo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, hacía público un dato respecto a la afluencia de peregrinos en los primeros meses de este año. Hasta el momento la Oficina de Atención al Peregrino de Santiago llevaba selladas 17.000 Compostelas, mientras que en el último Xacobeo, en 2004, a estas alturas solo había despachado 5.000. Con esta cifra, Núñez Feijoo aventuraba que el 2010 iba a ser un gran Año Santo.
Las cifras son reales e invitan al optimismo, pero los que de verdad miden el paso real de peregrinos, los propietarios de hoteles y albergues privados establecidos en la ruta, no han notado en sus negocios ese aumento de personas que hacen la ruta.
El principal motivo por el que aseguran que las pernoctaciones no han experimentado un incremento es que la mayoría de personas que están realizando el camino lo hacen en grupos y por etapas. Los integrantes de estos grupos suelen cubrir tramos de la ruta los fines de semana y por lo lo tanto el único gasto que realizan en las localidades por las que transcurre el recorrido es la comida.
Un número elevado de peregrinaciones multitudinarias ya han llegado a Santiago y conseguido la correspondiente Compostela. Entre estos grupos hay dos de Sarria que están formados por casi 200 personas y dentro de unas semanas comenzará el camino otro que también se presume que será numeroso.
La prueba que realmente puede servir como barómetro de lo que puede suponer el Año Santo para la hostelería en todos sus ámbitos se produjo en la pasada Semana Santa. La ocupación de hoteles y albergues privados fue muy elevada y por lo tanto las previsiones son buenas a pocas semanas del inicio de la que puede considerarse como temporada alta.
Las perspectivas son muy buenas, pero nadie del sector privado se atreve a lanzar las campanas al vuelo antes de que pase el verano.