Los vigilantes ya pueden dormir

LUGO

La patrulla que velaba en una parroquia sarriana para que no abrieran una pista en sus tierras cesó en su empeño y está a la espera de que la Xunta responda

25 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Sara Arias, Carlos Díaz y su mujer, María López, ya pueden dormir tranquilamente en sus camas en lugar de pasar las noches casi en vela, vigilando para que las máquinas no entraran en las tierras que reclaman como suyas para abrir una pista en el lugar de Penagache, en la parroquia sarriana de Maside.

Este grupo de veteranos salieron a la palestra a principios de la pasada primavera, cuando decidieron cortar con dos cancillas de madera un terreno por que el que la empresa concesionaria de uno de los tramos del corredor entre Nadela y Sarria pretendía abrir un camino como alternativa al puente que fue proyectado en principio en Maside y que luego decidieron suprimir.

Los tres irreductibles vecinos vigilaban durante las 24 horas para que las máquinas no entraran en la zona acotada y mantuvieron la tensión durante más de un mes. En el momento que se produjo el relevo en la Xunta bajaron un poco la guardia, pero sin ofrecer ninguna concesión mientras las máquinas no abandonaron el lugar.

En la actualidad no se preocupan por vigilar, debido a que hace semanas que no se detecta la presencia de maquinaria ni operarios en las inmediaciones, pero aun así no descansarán hasta que la administración no les garantice oficialmente que no van a ejecutar el camino.

Los afectados están a la espera de que la Xunta ofrezca una respuesta oficial y clara sobre la construcción del puente y el pago de indemnizaciones que reclaman desde hace varios años. En principio valoran de manera muy positiva la actitud de los nuevos responsables autonómicos, que, aseguran, se han mostrado sensibles y dialogantes con sus problemas.

Los vecinos están manteniendo continuos contactos con los responsables de la administración y aseguran que por el momento mantienen una tranquilidad absoluta y confían en que la situación se arregle en los próximos meses.

Lo que está claro es que si la administración no cumple sus promesas, los tres vigilantes, y seguro que alguno más que se suma, volverán a la garita que aún permanece en pie.