Atracón de moda en la pasarela de As Termas al ritmo de la batuta de Darek

G.Gutiérrez gadea.gutierrez@lavoz.es

LUGO

16 may 2009 . Actualizado a las 02:15 h.

«La verdad es que es guapo, pero tampoco me daría la vuelta por la calle para decir: 'Dios Mío, ¡qué tío más bueno!». Comentarios de este pelaje (y de otros muchos, más o menos explícitos) se escuchaban el jueves por la noche en cualquier rincón de la primera planta de As Termas. En un primer momento, podría pensarse que esos comentarios aludían a cualquiera de los chicos que desfilaban en la pasarela que organizó el centro comercial para mostrar la ropa de temporada, pero no. Se referían a Darek , ese hombre.

Muchas de las personas que acudieron al centro comercial con la única y sana intención de ver el desfile tuvieron algunas dificultades para llevar a cabo su propósito. Decenas de teléfonos y cámaras de fotos se alzaban entre la pasarela central y el ángulo de visión de quien «solo» quería ver el desfile. ¿Hacían fotos todas esas cámaras a los modelos lucenses? Una vez más, no, retrataban a Darek.

El tema de las cámaras y fotos hace suponer que, lejos de terminar el jueves por la noche con el cotilleo fruto de la impresión de ver al ex-novio modelo de Ana Obregón en persona, los nervios fácilmente alterables de mujeres y hombres de la capital volverían a vibrar ayer al mostrar el tesoro en casa, en el trabajo, en el bar... Tampoco parecía estar libre de pecado la otra presentadora del desfile, Gema Pardo , a juzgar por los piropos que le echaba a su compañero de presentación entre pase y pase.

A pesar de lo que ocurría en los laterales de la pasarela improvisada en las rampas del centro y en parte de la parte central, los modelos lucieron las prendas de casi veinte comercios del centro. La ropa deportiva, vaquera, o de baño centraron la mayor parte de los pases, aunque también hubo otros tantos dedicados a la joyería y marroquinería. Profesionales. Algunos de los jóvenes modelos eran profesionales y otros aún aficionados, por lo que todos recibieron clases de peluquería, maquillaje o pasarela durante dos semanas, para que el día del desfile todo saliera perfecto. Todos ellos cumplieron a la perfección y, al final del desfile, se escogió a los nuevos encargados de ser la imagen del centro comercial. Entre pase y pase, hubo actuaciones de percusión.