Telefónica, en paradero desconocido

LUGO

La compañía contrata servicios y cambios en los contratos con menores, sin autorización, de los que es imposible darse de baja a través de llamadas a fijos

10 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dar de baja un servicio telefónico contratado por un menor, en poco menos de cinco minutos de conversación con un operador con acento árabe, puede suponer una semana de espera, varias llamadas telefónicas contándole el mismo problema a operadores diferentes del 1004, una inútil visita a Consumo y una solución final sin ningún tipo de comprobante -habrá que esperar a la factura- además de continuos enfados, por no usar otra palabra más contundente, además de impotencia. Viernes por la tarde, en un domicilio de Lugo se recibe una llamada de un número oculto. Contesta un menor de edad, que cuando cuelga no es consciente de lo que acaba de hacer y que le cuenta con alborozo a su madre que ha conseguido que Telefónica le mande un router «gratis». Una llamada inicial al 1004, solicitando una operadora en gallego, parece que podría solucionar el problema. Ésta comprueba efectivamente que se ha contratado un servicio, pero insiste en que el menor ha tenido que facilitar el número de carné de identidad del titular de la línea para hacerlo. La madre insiste en que no es posible que lo sepa, a lo que, después de una nueva consulta admite que para ese servicio no es necesario el DNI. Ante la negativa a dar de baja la solicitud, la operadora da como solución que se devuelva el router y que así ya queda solucionado el problema. La madre no se fía y pide hablar con un responsable. Respuesta: sólo tenemos uno y está ocupado, inténtelo más tarde. Segundo intento, nueva operadora en gallego y unas horas más tarde. Después de consultar con alguien, vuelve a repetir la misma solución que su compañera: devolver el router. Hablar con un superior sigue siendo imposible. La empresa Zeleris, anuncia la entregar del router el domingo por la noche, con un mensaje en el teléfono móvil del menor. El aparato llega puntualmente el día indicado y la persona que está en ese momento en el domicilio no se hace cargo. ¡En mala hora! Al parecer en ese envío figuran una pegatinas para poder ejecutar lo que Telefónica denomina desistimiento. Zeleris llama esa misma mañana al teléfono del niño para preguntar por qué no se recoge el router. Contesta la madre y cuando aduce las razones, la operadora dice que ellos no tienen nada que ver con Telefónica. El mismo día que el menor cursa el pedido de la línea ADSL, de las oficinas de Telefónica de no se sabe dónde, porque en ningún lugar figura la dirección, sale una carta en la que la compañía agradece «el interés que ha mostrado por adquirir el servicio de banda ancha dúo hasta 2MB», en la que se añade que a partir de que se realice la conexión se podrán disfrutar «de todas las llamas metropolitanas, provinciales y nacionales gratuitas, además de una tarifa plana de Internet 24 horas». Por ningún lado aparece el coste, pero sí figuran las instrucciones a seguir para efectuar la conexión. Antes de recibir la carta, en la que se adjunta un documento de desistimiento, en el que no figura ninguna dirección ni teléfono en el que hacerlo, salvo un apartado de correos de León, al que podrá enviar «a su cargo» los componentes del equipo en su embalaje original. Eso sí, figura una advertencia, si quiere que la devolución sea a cargo de Telefónica de España, deberá llamar al 1004, «línea de atención personal donde le informaremos del procedimiento a seguir». Incomunicados La opción ante el cúmulo de despropósitos es la oficina de Consumo de la Xunta para, al menos, conseguir el fax al que enviar el desestimiento. Dicen carecer de ese número y facilitan a la madre una dirección de Bilbao y advierten que el sistema más seguro para que quede constancia es el burofax. La afectada se niega a pagar un solo euro por darse de baja de un servicio concertado por un menor. Lo del menor es la cuestión que menos preocupa a Consumo, que facilita una hoja de reclamación. La funcionaria ante la insistencia de la madre de la gravedad que supone que un menor pueda dar de alta un servicio de estas características recomienda que en la queja se pida a Telefónica la prueba de que existe el contrato, en este caso la grabación en la que el menor facilita el DNI del titular de la línea para poder cursar el servicio. Y, ¿cómo se consigue hablar con algún mando intermedio de Telefónica? Imposible.