Clases de informática que preparan para la vida en libertad

LUGO

Voluntarios de Vilalba logran un premio por un proyecto en el penal de Teixeiro

17 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Magdalena Fernández, José Ángel Cancio, Teresa Bello, Andrés Ramil, Tita Criado, Blanca Ramudo, Xosé Lois Baamonde y Domingo Varela tienen un dominio de la informática que descubre nuevos horizontes. No han creado un programa de textos ni un portal web, pero sí han abierto un camino que ayuda a prepararse para la libertad.

Los ocho, vecinos de Vilalba y voluntarios del Centro de Servizos Sociais, acuden desde enero, dos días por semana, al centro penitenciario de Teixeiro, en donde imparten nociones de informática a internos del módulo de jóvenes que están cumpliendo la última etapa de su condena. Las instalaciones reciben el nombre de ciberaula, equipada con material de última generación con fondos de la Caixa. Pero el proyecto es sobre todo relevante por el nombre -bautizado como Nelson Mandela, en recuerdo a la trayectoria del político sudafricano- y por los resultados: la iniciativa ha merecido la Medalla de plata al Mérito Penitenciario.

Ayer, en un acto celebrado en el mencionado centro vilalbés, los voluntarios recogieron sendos sendos diplomas por su labor, igual que los recibieron el centro penitenciario de Teixeiro y la Asociación de Minusválidos Benxamín Paz.

Recelos superados

El inicio no estuvo libre de algunas suspicacias de los que iban a recibir las enseñanzas. «Al principio lo tomaron con recelo», recuerda Cancio, que con esa misma franqueza cuenta que pronto se disiparon los recelos. Son 44 los jóvenes que reciben las clases: se dividen en grupos de 22, con sesiones de 75 minutos.

¿Qué aprenden exactamente en este tiempo? A manejar programas fundamentalmente: se empezó con nociones de Word y ahora se ha llegado ya al Powerpoint. No parece difícil enseñarles todo eso porque, explica Magdalena Fernández, «tienen el chip de la juventud» como herramienta que borra cualquier escollo.

Parece además que los que van a enseñar también reciben algo de los que aprenden. «Nos hacemos dependientes unos de otros», cuenta Teresa Bello. Xosé Lois Baamonde subraya que la informática no es un valor absoluto en este programa, sino que lo importante, dice, es el «balón de osíxeno» que se ofrece a los internos. Parece, pues, que en que el teclado del ordenador se percibe un tacto cercano a la libertad.