El vuelco en la Diputación hizo reflotar de nuevo la Operación Muralla. Algún funcionario anticacharrista no duda en afirmar que «tendrán que aflorar muchas cosas». Por otra parte, también están saliendo a relucir enfrentamientos y distanciamientos de personas que se consideraron abandonadas a raíz del citado proceso. Uno de los más destacados es el del interventor que, según las mismas fuentes, está claramente distancia del secretario. Los dos citados, junto con el tesorero, son los funcionarios de habilitación nacional que tienen nivel máximo. Otros dos que también lo tienen son el jefe de un servicio investigado en la Operación Muralla, y el responsable de Recursos Humanos y de Formación. Ambos le dieron la espalda a Cacharro, según consideran en su entorno, y estaban trabajando para José Manuel Barreiro. De todas formas, hay quien asegura que el segundo negoció a dos bandas, con el candidato popular y con los socialistas, y que tenía pactado quedarse sólo con el área de Formación, «que tiene los cursos y es la más interesante desde el punto de vista económico», extremo que no fue confirmado por ninguna de las partes. Todavía hay otro «privilegiado» distanciado sin nivel 30 por ser diplomado, pero cobra tanto. También se citan casos contrarios, como el de una funcionaria con contactos políticos en la zona norte de la ciudad, que se negó a trabajar para Barreiro.