TRIBUNA | O |
11 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.HA COMENZADO la batalla de Lugo. Los políticos están cogiendo fuerzas con el pulpo para lanzarse al ruedo y agarrar el toro por los cuernos. Los creyentes llevan en secreto a San Froilán, un cirio pascual para que arda en la noche solitaria de la catedral. Los agnósticos, consultan las estrellas y tienen hora pedida con la meiga. Los candidatos del Partido Socialista Obrero Español y del Partido Popular adelantan sus planes y limpian armas para el combate. José López Orozco dice que su programa es el AVE y Joaquín García Díez, el aeródromo de Rozas. Sus programas son complementarios, quieren dar a Lugo comunicaciones, unos por tierra y otros por aire. O sea, que López Orozco dedicará todas sus energías a conseguir el tren de Alta Velocidad, mientras García Diaz redacta una Proposición no de ley para que el Gobierno central defina los planes que tiene para Rozas y el reciclaje de aviones. ¿Qué quieren que les diga?. Yo, que por circunstancias que no son del caso, no votaré en Lugo, quisiera otorgar mi confianza a los dos, incluso antes de conocer el programa del Bloque Nacionalista Galego. Sé que muchos me llamarán de todo y me recordarán el chiste del gallego que no sabe si sube o baja la escalera. Están aviados. Quién no sabe si sube o baja no es el gallego, que lo sabe, sino la escalera. Me viene bien el AVE para poder ver mis prados de A Chaira, y me vendría bien Rozas, a vuelo de pájaro de mi castillo e Ítaca encantada. Así que veré la batalla de Lugo, y las cogidas, desde la barrera.