«A otros les gusta el fútbol»

LUGO

Crónica | Concentración de motos en la capital chairega Unos 70 pilotos se reunieron en una nueva edición de esta singular cita, que atrae a numerosos curiosos por el espectacular aspecto de los vehículos de dos ruedas

18 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Cerca de las seis de la tarde de un sábado, cuando los negocios descansan tras cinco días de trabajo, una curiosa animación se observa en el polígono industrial de Vilalba. Decenas de curiosos, refugiados en un cobertizo o soportando un orballo que se van conviertiendo en lluvia, observan cómo unas motos dan vueltas a un circuito. Todo tiene una explicación. Se trata de una de las actividades incluidas en el programa de la concentración de motos Harley Davidson, aunque los vehículos de dos ruedas que circulan dando vueltas a una nave de grandes dimensiones son más bien de otras marcas. La iniciativa no tiene ningún fin competitivo, como aclara el vilalbés Paco Montes, impulsor de la concentración que cada año trae a Vilalba a amantes de esas legendarias motos. ¿Que razón puede haber para recorrer kilómetros y kilómetros en un fin de semana para llegar a Vilalba? La explicación de Montes es sencilla pero rotunda: «A otros les gusta el fútbol o les gusta el teatro; a nosotros, las motos», dice. Lo que él no dice, pero sin duda comparte con otros muchos, es que motos como las Harley Davidson gustan mucho incluso a quienes no las han pilotado ni seguramente las pilotrán jamás. Así, mientras los moteros pasan un fin de semana en agradable convivencia, los curiosos ven de cerca sus potentes y atractivas máquinas. Este año, además, las motos se han podido ver en varios sitios. La concentración, a la que acudieron unas 70 personas, incluyó una excursión a Ribadeo. De parador a parador, los pilotos salieron de la capital chairega a media mañana y llegaron en agradable viaje a orillas del Eo. Tras un aperitivo y una comida en la puerta norte de Galicia, la expedición regresó a Vilalba. Fue, por tanto, un día tranquilo y sin sobresaltos, ideado para que los moteros, llegados de toda España, hiciesen unos kilómetros -70 de ida y 70 de vuelta- sin agobios ni preocupaciones. Hoy, tras un desayuno junto a la torre de los Andrade, toca operación retorno. Y los que gustan de ver motos de cerca, además, tuvieron ocasión de acercarse al Parador para contemplar máquinas de marcas famosas, asociadas con pruebas y pilotos de hace años.