Entrevista | Marta Abuín
30 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Cruz Roja prepara para este sábado las primeras jornadas Sen Teito. Vivir na rúa . Marta Abuín explicó en el programa Voces de Lugo de Radio Voz, en qué consisten. -Están pensadas para reflexionar y debatir sobre las posibilidades de intervención con este colectivo, nos permitirá incluso obtener la opinión de profesionales y voluntarios sobre qué medidas podrían mejorar la situación de personas que viven en la calle. Es algo muy nuevo en Galicia pero cada vez hay más gente que no tiene hogar. -¿Y en Lugo? -A medida que ha avanzado el proyecto de Cruz Roja, desde junio de 2003, cada vez va a más. El primer año atendimos a 60 personas, hoy son más de 300 los atendidos en Lugo capital. -¿Qué balance se hace de estos dos años de trabajo? -Por un lado muy positivo, porque nos permite llegar a más gente; pero siempre hay una lectura negativa de todo esto, en este caso es la cantidad de gente que se encuentra en esta situación de necesidad y abandono, cada vez hay más gente en la calle, las cifras están ahí. -¿Existe un perfil tipo del indigente? -Normalmente es un varón, de una media de 40 años, sin empleo aunque trabajó en los últimos dos años, eso sí, sin contrato. Es una persona además sin relaciones familiares, suelen ser inexistentes en estos casos aunque existan hijos. -Pesan las carencias afectivas, ¿por qué vienen motivadas? -La falta de recursos económicos es primordial, también, por ejemplo, la falta de apoyo familiar que deriva en problemas de drogodependencias. Todas estas personas se encuentran en Lugo con varios recursos que ofrecemos como el comedor social, el albergue de transeúntes de Cruz Roja, además ofrecemos información sobre prestaciones y ponemos a disposición del colectivo talleres que favorecen la inserción social. Se da el caso de que estos sin techo son de Lugo aunque un 28% de los que atendemos son extranjeros. -¿Qué falta para seguir actuando en este campo? -Un centro, precisamente en estas jornadas vamos a incidir en el caso de Valladolid, donde existe un centro de alojamiento permanente para trabajar con estas personas. Nosotros a día de hoy tenemos que hacerlo en la calle.