La empresa de O Ceao dejó en el paro a seis operarios y cobró subvenciones La CIG denunció el cierre de la empresa Magal, de fabricación y venta de maquinaria agrícola, que recibió subvenciones públicas, con el compromiso del mantenimiento de 17 empleos, en la que ve una operación encubierta de venta de la firma a otra sociedad del mismo sector. El responsable del metal de la CIG, Guillerme Rey, dudó de las explicaciones ofrecidas por la empresa para tomar tal decisión: la crisis de las «vacas locas».
15 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Guillerme Rey indicó que la CIG tenía serias sospechas sobre una posible venta encubierta de Magal, una firma que facturaba hasta el año 99, que son los últimos datos de los que disponen, más de 200 millones de pesetas (1.202.024,21 euros). Estaba situada en la rúa da Agricultura, del polígono de O Ceao y empleaba a seis operarios. Según Rey, los problemas comenzaron hace año y medio. Los trabajadores se vieron obligados a solicitar la extinción de sus contratos por impago de salarios. Finalmente hubo acuerdo al abonar la deuda, pero en diciembre se vieron nuevamente abocados a recurrir a esta medida porque tenían pendientes otras cuatro nóminas. La extinción les fue concedida el 5 de febrero, fecha en la que los operarios se marcharon de una empresa en la que no había ocupación efectiva desde finales del pasado año. Guillerme Rey apuntó que Magal tenía 17 trabajadores hace dos años y recordó que cobró una subvención de 15,6 millones de pesetas (93.757,89 euros) del Ministerio de Economía e Facenda, con el compromiso del mantenimiento de empleo. El responsable del metal de la CIG cree que los responsables de Magal no hicieron todo lo posible para reflotar la empresa. Apostilló que una de las razones aducidas para justificar la situación fue la repercusión que tuvo en el negocio la crisis de las vacas locas. Rey insistió que creía que era una disculpa. En su opinión se produjo una venta encubierta a otra firma del mismo sector, con actividad distinta. Indicó que tenía datos del comprador, pero que no podía facilitarlos debido a la falta de pruebas documentales.